¿Paz o silencio y sumisión?

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Gobernar es muy difícil y más en estos tiempos tan llenos de dificultades. El gobernante debe medir sus palabras y las consecuencias de lo que dice. La sensatez exige que hable poco y pensando bien lo que dirá. Esaorma no es solo para quien conduce una nación, vale también para el padre de familia, el alcalde, el gobernador, el rector de una universidad o el director de un plantel. Muchos padecen de excesiva verborrea y eso dificulta la función de gobierno y de formación.
Creo que ese mal nos está haciendo mucho daño en Venezuela. Desde el primer gobierno de CAP se dijo que nuestros presidentes hablaban mucho. Betancourt y Leoni fueron parcos. Caldera I fue menos parco, tuvo que serlo en su segundo gobierno. Chávez batió récords de palabrería sin sentido, peligrosa e innecesaria. Su sucesor, legítimo o no, ha continuado ese estilo, pero sin su carisma y sin su astucia. Además, su habladuría le ha dificultado las cosas a él y a todos los venezolanos. Es contradictorio, insultante y soez. El mismo día en la mañana invita a USA a normalizar las relaciones diplomáticas con Venezuela y nombra una alta comisión para lograr ese cometido y en la tarde culpa al gobierno de Obama de estimular y financiar a los muchachos que andan protestandopor las calles de Venezuela. Invita a los estudiantes a dialogar y los muchachos le piden que el diálogo se televise y con agenda previa, y él les responde que no acepta condiciones. Invita a la MUD a dialogar llamándoles cobardes. Invita a Capriles a un debate pero inmediatamente hace chistes de mal gusto contra el gobernador de Miranda y sus acólitos le ríen las burlas contra el ex candidato. Cuando Capriles le responde que acepta el debate y propone que sea en cadena nacional, le saca el cuerpo a su propia propuesta y dice que es Capriles quien evita el debate.
Los empresarios que se reunieron con él, conalgo de ingenuidad y esperanzas, ya no quieren volver. En definitiva lo que ocurre es que el gobierno no quiere paz. El gobierno quiere silencio y sumisión de todos los sectores nacionales. Si va a haber un diálogo debe ser sincero y con las condicionespara que de frutos. La paz es fruto de saber escuchar, de entender las posiciones ajenas y sus necesidades antes que las propias. El buen gobernante logra la paz cuando respeta la libertad de sus gobernados y se olvida del afán de dominio. De lo contrario habrá dictadura y violencia en el horizonte.

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