Una conocida figura religiosa se ha propuesto impulsar debates amplios basados en argumentos firmes en materia de política.
Se trata del padre zuliano José Palmar, quien llegó a Barquisimeto para brindar una charla sobre el origen de la realidad actual de Venezuela.
La ponencia tuvo lugar ayer en el Colegio de Médicos del estado Lara, donde Palmar estableció que para entender el presente es clave el manejo de información sobre el pasado, especialmente en cuanto a la política venezolana.
Aseguró que luego de apoyar al presidente Hugo Chávez por años, fue víctima de persecución “de un régimen corrupto y a pesar de ello logré salir airoso en nueve juicios por denuncias realizadas, demostrando tener la verdad”.
Dijo haber apoyado inicialmente las ideas del presidente Hugo Chávez debido a sus promesas basadas en una Venezuela sin corrupción, más humana y sin niños en la calle.
“Supe en el 2007, cuando fui a las instancias respectivas a denunciar el pillaje en la industria petrolera, encabezada por Rafael Ramírez, que el fallecido presidente era cabeza de la corrupción ”, afirmó.
Reconoce sentirse culpable de haber entusiasmado a mucha gente para respaldar a Chávez, por lo cual ahora hará lo posible en función de hacer cambiar de opinión a la ciudadanía.
“La salida electoral, aunque muchos no lo creen así, es con votos”, acotó.
Para el comunicador y sacerdote la “lucha entre el bien y el mal tendrá en el 6 de diciembre la oportunidad de iniciar un cambio para el país con una Asamblea Nacional renovada que promueva poderes públicos autónomos y haya justicia en Venezuela”.
Lamentó que el oficialismo, en este momento electoral, quiera utilizar la figura de un difunto. “Quienes están ahorita no tienen el talante ni el liderazgo para poder entusiasmar a su gente, es por ello que se ven obligados a volver a sus raíces para movilizar al voto a un pueblo que hace a diario inmensas colas para comprar comida, y es víctima del deterioro de los servicios públicos”.
Sostuvo que la razón de su gira por Venezuela es la depresión en la cual se encuentra sumida la nación. “Quiero inyectar una dosis de esperanza con base en lo espiritual”.