#Opinión: Velada con Luis Saud Por: Jorge Euclides Ramírez

Mariguitar es uno de los pueblos más bellos de la costa oriental, ubicado a las orillas de la carretera entre Cumaná y Cariaco. Allí llegaron del Líbano en 1897 los abuelos de Luis Saud, un empresario que habla de negocios como una actividad del intelecto y no como una pasión desenfrenada por el dinero.
El es  socio de Asocrica y estuvo presente en las séptimas jornadas recién celebradas, en Carora como siempre. En una de esas noches me oyó decir que nuestra ciudad es la Comala de Juan Rulfo, de donde nadie se va definitivamente y los muertos comparten con los vivos una soledad de anécdotas y calores circulares. Enganchado por la literatura, la música y el arte mantuvimos una conversación de cuatro horas en la acogedora Posada Los Granados, de Yuyita.
Luis Saud se graduó de ingeniero mecánico en la Universidad de Oriente. Desde 1966 hasta 1977 trabaja en la Represa del Guri, posteriormente crea una empresa propia “y me fue bien” e incursiona  también en la ganadería. Compra una finca en las cercanías de Ciudad Piar, la cual le fue expropiada sin cancelarle ni reses ni bienhechurías, actualmente se encuentra destruida y prácticamente abandonada. Sobre esta finca tiene papeles de propiedad con documento original firmado por Simón Bolívar. Luego compra otra en subasta abierta por un banco del Estado, durante este gobierno. Le fue invadida y ahora los invasores quieren nuevamente “vendérsela” porque no han podido sacarle ningún provecho económico, a no ser por algunas talas ilegales de árboles centenarios.
De todos estos temas habla nuestro interlocutor sin atisbo alguno de rabia o frustración aunque sí con tono de reflexiva preocupación ante el destino del sistema de producción alimentario del país. En Venezuela -nos dice- importamos el 60 por ciento de la carne que consumimos. Y debemos creerle porque sabe lo que dice. En nuestro país la parición está entre el 35 y el 40 por ciento, lo cual indica que nuestro rebaño bovino debe ubicarse en unas 10 millones de cabezas, lo cual nos lleva a concluir que la producción de leche anda por los mil millones de litros, quizás un poco mas y nunca en  los casi tres mil millones que da como cifra el gobierno nacional.
Estos datos que nos suministra Luis Saud sobre estadísticas ganaderas venezolanas son apenas un apéndice que logramos introdujera cuando nos explicaba con lujo enciclopédico los flujos comerciales de la carne a nivel mundial, montado él sobre la mejor atalaya posible, la visión del Brasil, país que desde hace varios años es el primer exportador de carne del planeta.
La habilidad comercial unida a una fina cultura es un doble atributo que con toda seguridad heredó Luis Saud de sus antepasados fenicios, quienes, encajonados entre el mar y la montaña, lograron conquistar el mundo conocido de aquel entonces gracias a su sabiduría comercial y herramientas culturales que le permitían un conocimiento integral y operativo de las regiones en donde realizaban sus negocios. A otra franja costera entre el mar y la montaña llegaron sus abuelos al pisar Mariguitar, lo cual debe haber reactivado la “automacion celular”, concepto científico de Albert Ducrocq, quien sostenía que las células humanas tienen memoria y que esta es transferida mediante procesos biológicos en las cadenas genealógicas. Quien desee profundizar sobre este tema léase La Lógica de la Vida, libro donde este autor científico explica su teoría.
Nos quedan por fuera de este artículo las anécdotas sobre el toro Paraima y otro que Luis Saud vendió en mal negocio a su amigo Gato Mañoso en Tumeremo. Pero es  oportuno consignar el respeto y aprecio que nos manifestó el empresario guayanés por José Alejandro Riera, presidente de Minco y por Alejo Hernández de El Tunal. “Alejo construyó en Venezuela -nos dijo- el matadero más moderno de toda Sudamérica. Tiene una capacidad de frío formidable con posibilidad de albergar reservas estratégicas de carne para épocas de curva baja en la producción”. Lo que no sabíamos en esta velada cultural es que el Matadero de La Miel tiene graves problemas de suministro eléctrico que afectan de forma extrema sus operaciones. Un placer haberlo conocido amigo, Luis, ojalá cristalicen sus ganas de consolidar su presencia en Carora.

[email protected]