#Opinión: Pensar ¿Es posible el socialismo sin Chávez? (2/5) Autor: Pedro Rodríguez Rojas

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¿Hace dos mil años no existían las condiciones para que surgiera un mesías, no sólo porque así lo anunciara el viejo testamento, no eran las condiciones propicio para ello?, ¿Los niveles alcanzado por las civilizaciones griegas y romanas, no habrían permitido el surgimiento de los imperios sin la existencia de los Julio Cesar y los Alejandro?, ¿No estaban las condiciones dadas en el siglo XV para que España o Portugal o Inglaterra o cualquier otro país europeo y cualquier otro atrevido navegante y su tripulación hubiesen llegado a colonizar América, años después, en otras circunstancias y características, pero colonización al fin y al cabo? La situación critica de Alemania después de la I Guerra Mundial, el papel de los judíos en la economía y la política alemana, no habrían sido detónate para los nacionalismo (con cualquier matiz) y haber contribuido con el desenlace de la segunda guerra? ¿No se habría dado la independencia americana sin Bolívar?, ¿qué paso en el resto de países donde el accionar de Bolívar no llegó? ¿Es que acaso Bolívar fue determinarte en los sucesos que se irradiaron por toda América desde 1804 con el triunfo de la revolución haitiana, o desde 1808 con la invasión francesa sobre España?
La respuesta contundente es NO. Era un proceso, una situación ya madura, que necesitaba un liderazgo y estos hombres concretos, de carne y hueso, con virtudes y desaciertos, asumieron ese rol. Pero los procesos se habrían dado, con características distintas, pero se habrían dado. Lo contrario es una visión mesiánica, valida en la religión, pero no en el resto de la sociedad.
Ya Marx, en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte, advirtió sobre el papel del hombre en la historia: «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a partir de elementos libremente elegidos, en circunstancias elegidas por ellos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”. Mas adelante, en su Contribución a la Critica de la Economía Política (1859), señalaba que “No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.
Pero fue el marxista ruso Jorge Plejánov en un ensayo titulado: El papel del Individuo en la Historia, escrito en 1898, quien mejor asume desde el marxismo este tema: «Los individuos pueden influir en los destinos de la sociedad. A veces, su influencia llega a ser muy considerable, pero tanto la posibilidad misma de esta influencia como sus proporciones son determinadas por la organización de la sociedad, por la correlación de las fuerzas que en ella actúan. El carácter del individuo constituye un ‘factor’ del desarrollo social sólo allí, sólo entonces y exclusivamente en el grado en que lo permiten las relaciones sociales». Siguiendo con Altusser (1973), que en su momento pretendió rescatar lo mas profundo del pensamiento marxista, que, a su modo de ver, se había desdibujado con un marxismo humanista ingenuo, que rayaba en el idealismo, para él : “La historia no tiene pues, en el sentido filosófico del término, un sujeto, sino un motor: la lucha de clases».
Hemos criticado una historiografía nacional cargada de heroísmo, donde prima lo militar y político sobre lo social y económico, el hombre sobre la mujer, la fuerza sobre la inteligencia, la guerra sobre la diplomacia, el blanco sobre el indígena y el negro. En el contexto revolucionario esto ha sido fuertemente criticado, pero lamentablemente se sigue rindiendo mucho culto al héroe y aun esta desdibujado el papel de las grandes mayorías de nuestra historia. Sin la menor duda desde Guzmán Blanco para acá este culto al héroe tiene intencionalidades políticas, irradiar el papel fundamental del caudillo, del político heredero de Bolívar, que como mesías viene a dirigir los destinos de la nación (Ver El Culto a Bolívar de Germán Carrera Damas). No se trata de negar el papel de los héroes, aunque quisiéramos-y no es nuestro propósito, seria tarea imposible- se trata solo de abordarlos como hombres de carne y hueso, en sus circunstancias, en su contexto, al lado de su pueblo, sin endiosarlos. Sin confundir la historia con mitología (al estilo de Venezuela Heroica de Eduardo Blanco, sin menospreciar su carácter y valor literario) deslindar la historia de un periodo con las biografías de los grandes personajes, por mas importantes que estos hayan sido. Continuará…

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