#Opinion: La retórica vareliana

El sangriento espectáculo ocurrido en Uribana, dantesco por su proporción, y aunque lo lamentemos hasta la saciedad, suplicando la corrección de tal situación, no debe extrañarnos tal suceso. El régimen presidido por Hugo Chávez, no tiene voluntad, ni las políticas y acciones para resolver y mantener el buen funcionamiento de las cárceles, incidiendo en que no prevalezca la autoridad de los directivos y funcionarios de esos recintos penitenciarios, sobre los detenidos o reos. Venezuela, único en el mundo en donde las cárceles son regidas por los presidiarios, con el agravante mayúsculo de poseer armas de alta potencia, lo que ha provocado las matanzas que se han escenificado en las mismas en estos últimos años. Situación conocida por el país entero, que va repitiéndose de cárcel en cárcel, y reseñarlo es como “llover sobre mojado”.
El caso es la explicación que le da el sector oficialista a estas masacres. La retórica enrevesada de la Ministra Varela, vocera autorizada, busca en “terceros” las causas del mal, da una información acomodaticia, con lamentos frente a los familiares de las víctimas, regodearse de amor y atención a los presos y la defensa de sus derechos humanos; y considerar como un gran logro el cerrar el recinto carcelario, algo así como el marido engañado que termina por vender el sofá de su casa, como solución. Pero es que el régimen no termina de extirpar el foco neurálgico que se presenta en las cárceles, que es la introducción de armas de ese calibre y de cualquier otro.
La ministra al repetir el guión no hace otra cosa que culpar a las mafias y a la “derecha”, y a los medios de comunicación; al parecer debe existir una red de cómplices, que deben terminar por desenmascarar, y no estar acusando y juzgando en abstracto. ¿Quiénes son y donde están los capos de las mafias, quienes son los integrantes de la “derecha” que se ocupan de estos ilícitos?, que dicho sea de paso es un término obsoleto en la política de estos tiempos.
Por favor sean eficientes, honestos y sinceros, terminen por aplicar las políticas adecuadas e idóneas, entre ellas la celeridad procesal en la administración de justicia. Pero es que esta crisis carcelaria de varios años chavista denota una hipertrofia del Estado y sus instituciones, cuyos resultados conlleva a tildar al régimen de fracasado e inoperante; no se explica cómo un gobierno no pueda controlar las cárceles del país, cuya población se encuentra entre “cuatro paredes”, y aquí es donde nos invade la duda, en cuanto a si mantener este caos tiene algo de premeditación; y es que dicha premisa de mantener un desorden calculado, no es de extrañar en un régimen cuyo norte y objetivo único es el mantener el poder cueste lo que cueste, olvidándose conscientemente de la Constitución y las Leyes, y los hechos están a la vista, poco importa el resquebrajamiento y descomposición del país, su abandono, improductividad y desarrollo, se mantiene el poder y la vida sigue avanzando, si esto no es así, miremos el espejo de Cuba.
No nos coge por sorpresa este episodio macabro de Uribana, el oficialismo mantendrá su estrategia, sin el ausente o con él en cama, si ha de venir “parapeteado”; los venezolanos demócratas debemos continuar resistiendo, sin bajar la guardia, ni la esperanza, somos la mitad del electorado y el camino comienza a despejarse, para encontrar el rumbo perdido, con la Constitución como guía, y la voluntad y conciencia clara de cambios e implantación y ejecución de los proyectos que reclama la democracia, el colectivo venezolano, las fuerzas vivas y productivas del país, e igualmente crear el ambiente de seguridad que tanto estamos necesitando y añorando los venezolanos.