#Opinión: El Museo del Transporte Autor: Enrique Viloria Vera

Así como el Museo Militar adquirió una relevancia nacional e histórica e inusitada luego de la rendición del victorioso golpista del 4 F, ahora le toca su hora al Museo del Transporte.
Y así debe ser, vistas las realizaciones y logros del sucesor designado por el líder y por el TSJ; desde ya deberíamos comenzar su acondicionamiento y renovación para convertirlo en un monumento más de este Revolución insigne que no para de parir héroes, titanes, superhombres, mitos, leyendas, semidioses todos para integrar el nuevo Olimpo de la Patria Bolivariana.
El Museo Revolucionario y Socialista del Transporte Bolivariano debe estar preparado para albergar toda la memorabilia del líder recostao, es decir, su carné para conducir vehículos de turismo y colectivos populares y de lujo, tractores y camiones carga larga o ancha, su uniforme y gorra de rigor, todas las fotos que lo exalten como el gran conductor de buses y busetas que fue y sigue siendo, los mapas de las rutas por donde circuló, es más, ya deberíamos tener listos los anuncios, vallas y placas que indiquen para orgullo de todos los súbditos de la Patria Bolivariana: Por aquí circuló el Caudillo Reencauchado.
Felices estaremos los venezolanos de poder realizar cada fin de semana el nuevo tour de la obligada nacionalidad revolucionaria que se iniciará en el Panteón Nacional, para luego continuar al Museo Militar y finalizarlo en el nuevo incorporado templo de la Revolución: el Museo del Transporte para apreciar en vivo los logros, vida y obra de nuestros Libertadores viejos y nuevos.
Roguemos todos a Dios para que el Imperio no continúe inoculando sus células malignas a los Líderes históricos y fundamentales de la Revolución Continental, a fin de que el Museo no se convierta prontamente en un Mausoleo de obligada visita y renovado dolor.
¡Larga ruta al recostao!
¡Manejaremos y venceremos!
¡Autobús, patria o muerte! ¿Chocaremos?