Dictamen
Comparsa de inútiles
La comparsa revolucionaria vino con todo este año. Primero Diosdado Cabello se disfrazó de Vladimiro Montesinos poniendo al descubierto su red de extorsión, persecución y compra de votos en la Asamblea Nacional; junto a su secuaz Pedro Carreño ataviado en un impecable disfraz de Joven Maravilla marca Louis Vuitton. Luego vimos a Merente y a Giordani disfrazando la devaluación con los más extravagantes trajes, siendo el mas original el de “modificación de la política cambiaria”. Maduro por su parte trató de todo para quitarse la cara de profesor Jirafales que tiene y llamar la atención dentro de la comparsa, llegando al desespero de tener que disfrazarse de Capriles luciendo la Gorra Tricolor en cadena.
A Chávez, quien no podía faltar en la comparsa revolucionaria, su yerno lo disfrazó de Satélite con varios elocuentes tweets que rezaban lo siguiente: “Ayer en la noche el Presidente Chávez analizó con atención imágenes recientes de nuestro Satélite Miranda y giró varias instrucciones. Incluso mandó a inspeccionar algunas parcelas aparentemente no cultivadas, según las imágenes multiespectrales en Barinas y Guárico. El Presidente examinó en detalle la imagen de Sabaneta e instruyó darle la mayor utilidad social y científica al Satélite”. Aunque usted no lo crea.
Pero el carnaval se acabó y ahora nos toca digerir la realidad de este sambodromo en el que han convertido al país esta comparsa de inútiles. Todos los venezolanos somos 50% más pobres de lo que éramos antes de carnavales. Se trata de la expropiación de la mitad del valor del único bien que tienen los pobres en Venezuela, que es su ingreso en bolívares, bien sea como trabajador o beneficiario de una pensión o misión. Hace apenas tres años un dólar costaba 2,15 bolívares. Hoy ya el cambio oficial es de 6,30 bolívares por dólar, lo que significa un aumento de 300% en tres años, sin duda la devaluación más grande de nuestra historia. Y esto sucede en tiempos de bonanza petrolera, ingresos extraordinarios y precios “exorbitantes”. Imperdonable.
Pero ya se cayeron todas las caretas y el carnaval fue su último show. Llegó la hora de rendir cuentas. Así como la masacre de Uribana puso en evidencia que el humanismo es tan solo un eslogan y que no sienten ningún tipo de compasión por los privados de libertad y sus familiares humildes, ahora queda develado el fracaso rotundo de su modelo económico que pretende prescindir de la inversión privada y la producción nacional. Incluso el mismo Elias Jaua publicó un artículo en el que admitía el fracaso del control de cambio asegurando que generaba un círculo vicioso que al final se traducía en bienes caros para la población. A confesión de parte, relevo de prueba. El caso es que su política económica lo que ha generado es desempleo y las mas grande inflación del continente. Pero sigue el mismo ministro de siempre a cargo del problema. Que esperanza. No les quedará otra que seguir ejecutando este paquetazo rojo que atenta contra la población mas pobre del país, mientras ellos siguen haciéndose ricos con la corrupción incontrolable.
A todas estas, siguen mandando en nombre de Chávez, aunque este no haya sido capaz de comunicarse con los venezolanos desde hace más de dos meses. Chávez no ha podido comunicarse ni por Twitter ni por teléfono con el país como lo hacía antes en circunstancias similares. Pero Jorge Arreaza quiere que creamos que su suegro está dando órdenes y al tanto de todo desde Cuba gracias al Satélite Miranda, al estilo Big Brother. Nos imaginamos que esa es la forma que tiene de justificar una nueva expropiación en Barinas para seguir alimentando el patrimonio de la familia presidencial.
Necesitamos un presidente que saque a Venezuela de esta situación insostenible. Ya sabemos que Chávez no puede y Maduro no tiene con qué. El cambio es una necesidad. Por eso seguimos la lucha con más empeño que nunca. Terminemos cuanto antes con este carnaval que esta hundiendo al país en una crisis de consecuencias insospechadas.
Caso cerrado el dictamen final lo tiene usted.
Twitter: @chatoguedez
