#opinion: ¿Defunción del poder? – por: Pedro D. Tua

Definitivamente, la oposición venezolana no esta preparada para administrar el poder. Lo demuestran una serie de circunstancias, que no nacen precisamente del hecho de la multiplicidad de criterios que reinan en la MUD (¿qué es la MUD?), pues muchas veces he dejado en claro que los factores que convergen en torno a ella lo hacen con objetivos y propósitos comunes aun cuando poseen ideologías distintas.
Una de ellas es la derrota en las elecciones regionales, resulta especialmente doloroso que se hayan perdido gobernaciones que anteriormente habían sido recuperadas como el caso de Carabobo y Táchira. No quiero enumerar acá las razones de ese hecho, pero curiosamente nos referimos a regiones donde se impuso el criterio del famoso “consenso” en vez de las primarias. Otras gobernaciones pudieron ser conquistadas pero prevaleció la falta de criterio de unidad de algunos líderes regionales marcando así el resultado desfavorable ante dichos procesos.
Pero no es mucho lo que la oposición, unida o no, victoriosa o no, pudiera hacer ante los hechos que día a día se suscitan, y los cuales tienen como escenario principal la enfermedad de Chávez, y ante los embates de un gobierno totalitario, militarista y absolutista como este. Hemos visto la juramentación de la nueva directiva del parlamento, una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia y la toma de posesión de Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela ante la mirada atónita de los venezolanos. Hubo un cambio de gobierno en Venezuela, la ascensión de un nuevo gobierno y la defunción de otro, una transición, para otros un golpe de estado constitucional y muchos ni se han enterado.
El parlamento venezolano se ha convertido en una guarida de verdugos, diputados oficialistas que enarbolan la bandera de la justicia popular para vilipendiar y ridiculizar en tribuna pública a los diputados de oposición, humillados  ante unos diputados oficialistas pendencieros y embriagados de resentimiento. El absolutismo con que administran el poder es de origen innoble y todo ello traerá consecuencias graves para el país, necesitaremos  más que un estadista, un líder de la talla de Nelson Mandela para curar las heridas de la segregación política a la que estamos sometidos millones de venezolanos.
Mientras existen problemas que no conocen de convalecencias, ni de hechos sobrevenidos. El país se enfrenta a un grave problema de inflación, especialmente, en productos alimenticios, los cuales escasean. De igual forma la violencia sigue es ascenso, en cada ciudad, en cada camino y rincón del país cientos de venezolanos son asesinados diariamente sin que las fuerzas públicas de seguridad puedan prevenir la comisión de esos delitos, añadiendo además la alta tasa de impunidad existente, cada quien ejerce la justicia por sus propios medios. Dichos problemas reclaman de la población, chavista y no chavista, una solución inmediata.
De momento, el presidente, electo y no juramentado, sigue su convalecencia indefinida en la Isla de Cuba. Día a día crecen y se cuelan rumores sobre su estado de salud y se suceden hechos relevantes en el más alto gobierno. Así los venezolanos recibimos el 2013, con circunstancias que rayan en lo increíble: un presidente electo no juramentado y ausente, un presidente interino que no fue electo a través del voto, con una continuidad en funciones administrativas que no contempla la constitución y con un hecho sobrevenido que pudiera ser indefinido.
Particularmente, presiento que el cambio que el país necesita está muy cerca, a la vuelta de la esquina, solo debemos todos los ciudadanos aprovechar esta oportunidad para reinventarnos. Debemos deslastrarnos del discurso divisionista; lejos deben quedar el odio y el resentimiento que han sembrado en la sociedad y la familia. Los elementos definitorios de un nuevo país deben ser la fraternidad, el trabajo, el progreso y la solidaridad. Se juega peligrosamente con el talante democrático de muchos venezolanos; ni Napoleón humilló tanto a sus adversarios como lo han hecho estos pseudos revolucionarios de hoy.
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