Su cita estaba pautada a la 1:00 de la tarde en la oficina del Saime Barquisimeto II, pero por experiencia María Ortega se fue unas horas más temprano para evitar pasar tantas horas de cola. Al llegar a eso de las 10:00 de la mañana a la institución, se dio cuenta que su adelanto sería en vano.
La cola para poder ingresar a la oficina del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería llegaba hasta las afueras del estacionamiento: adultos mayores, familias enteras, madres con sus bebés en brazos, todos por igual debían hacer la cola y esperar para ser atendidos. Algunos habían madrugado y ya tenían alrededor de cuatro horas de espera; otros llegaban esperanzados de que a la hora indicada serían atendidos y se rendían al conocer la larga fila de usuarios citados el mismo día.
Luego de cinco horas de cola, la señora Ortega al fin ingresó a la oficina, para encontrarse con un panorama peor. Las instalaciones sin aire acondicionado y ventilación apropiada, convertían el espacio en un sauna insoportable, aumentando la desesperación por completar el trámite de todos los citados.
Ya eran las 3:30 de la tarde cuando llegó a la taquilla donde al fin pudo entregar sus documentos, planilla de cita, toma de huellas dactilares y la fotografía, que luego de horas de espera, calor y estrés, salió como todas las imágenes de los documentos venezolanos: fea.
En los últimos años, los venezolanos han caído en el boom de los viajes al exterior, bien sea por placer o por realizar trámites no muy legales con las divisas. Lo cierto es que la demanda de pasaportes ha sido de tal magnitud que ha colapsado los sistemas de identificación y extranjería en todo el país.
Reportes del Saime indican que en el último año, la demanda de pasaportes ha aumentado en 257%, pasando de 70 mil trámites mensuales a un total de 180 mil, una demanda atípica a la que no están adecuados los sistemas de la institución, mucho menos la capacidad de atención diaria y producción de libretas de pasaporte, además de la disposición de material suficiente para cumplir con tal cantidad de solicitudes en un corto tiempo.
El trámite para la adquisición o renovación de un pasaporte, es fácil en teoría. A través de la página web saime.gob.ve y el 0800-SAIME, los usuarios pueden solicitar la cita en las oficinas de su estado y esperar a que sea asignada, lo cual ocurre a los pocos días del registro, algo que asombra a muchos quienes estaban acostumbrados a esperar meses por este procedimiento.
Sin embargo, la odisea comienza el preciso día de la anhelada cita. Para los usuarios larenses que son asignados a la oficina del Saime Barquisimeto II, ubicada en El Ujano, no importa la hora a la que hayan sido convocados, de cualquier forma tendrán que madrugar y pasar horas en cola para poder ser atendidos y entregar sus documentos de solicitud del pasaporte venezolano en una oficina incómoda, sin aire acondicionado y abarrotada de gran cantidad de usuarios que acuden no sólo por el pasaporte, sino también por cédulas de extranjero, datos filiatorios, entre otros procedimientos.
Pero el proceso no culmina en esta cita, con la cual se debería esperar de uno a dos meses para que llegue el documento a la oficina en donde se realizó el trámite.
La tardanza para la emisión de los pasaportes llega a los seis meses o más desde el momento en que se formalizó la entrega de los documentos, un largo tiempo que complica la planificación de los viajes de los usuarios.
Barquisimetanos que han tramitado el pasaporte en el mes de noviembre, han acudido finalmente a retirarlo en junio. Algunos preocupados en la oficina, relatan que habían acudido a la sede principal del Saime en Caracas para conocer el estado de su trámite, pues con pasajes comprados, la fecha del viaje se acercaba y su pasaporte no había sido entregado.
“Tengo un mes viajando a Caracas todos los miércoles para ver si el pasaporte podían entregármelo. Tramité el pasaporte en enero y a la fecha no me dan respuesta. La fecha de mi viaje está cercana y me da miedo perder el dinero de los pasajes por la mala gestión y gerencia de una institución que debería ser eficiente en el trámite de los documentos de identificación”, relató Rafael Rivas, uno de los usuarios que por enésima vez acudió a la oficina Barquisimeto II del Saime para tener información sobre su documentación.
Como él son muchos los usuarios, familias que no han podido viajar por tener vencido el pasaporte y esperar por meses el nuevo documento.
Ante ello, muchos usuarios piden sus citas mucho antes de la fecha de vencimiento de su pasaporte, con la esperanza de que en el transcurso de ese tiempo puedan buscar el nuevo documento y no quedarse varados en el país ante la planificación de un viaje vacacional, de disfrute o negocios.
Las tardanzas en la entrega de los pasaportes atenta contra el derecho constitucional de la ciudadanía a entrar y salir libremente del territorio nacional. El Artículo 50 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala: “Toda persona puede transitar libremente y por cualquier medio por el territorio nacional, cambiar de domicilio y residencia, ausentarse de la República y volver”; poder salir del país es hoy en día, una labor casi imposible.
Actualmente viajar al exterior es una odisea para los venezolanos, entre las solicitudes extenuantes y tardías de los pasaportes, hasta la tramitación de los cupos viajeros, la creciente devaluación que ha incrementado la tasa de cambio oficial y la falta de pasajes aéreos por las deudas que el Gobierno mantiene con las aerolíneas extranjeras, diligencias que a cualquier ciudadano le limitan las ganas de planificar unas vacaciones fuera del país.