Las comunidades de Yacambú, confirmadas como indígenas por la Asamblea Nacional desde el pasado 30 de enero, continúan en pie de lucha por lo que consideran un derecho como es la contratación cuando se reinicien los trabajos en el portal de entrada del proyecto hidráulico Yacambú-Quíbor.
El exconcejal del municipio Andrés Eloy Blanco, Antonio García, El Gringo, informó que la obra en ese sector se encuentra paralizada desde hace un año y en la actualidad solo tiene cuatro “planteros”, o sea quienes se encargan del mantenimiento de las plantas generadoras de electricidad.
Extraoficialmente, se conoció que en los próximos días contratarán otros 11 ante la posibilidad de la visita de una comisión de parlamentarios de la Asamblea Nacional interesados en inspeccionar la obra a raíz de varias denuncias de irregularidades.
Mientras tanto, campesinos de los sectores Guayabal, La Gran Parada, Cerro Cajón y otros de la zona, se mantienen en la alcabala de acceso al portal de entrada a la espera de ser contratados.
García, coordinador del movimiento indígena Asoyacambú, denunció que el alcalde Alfredo Orozco y la directora María Casanova continúan ignorando a los residentes de la zona cuando se hacen contrataciones de trabajadores.
“Ellos son los que mandan en el sistema hidráulico, burlándose de los nativos y violentando la Ley Orgánica de los Pueblos y Comunidades Indígenas en sus artículos 118 y 121.
“Son unas 1.500 familias del parque que llevan años reclamando sus derechos como pisatarios de las tierras a ser cubiertas por las aguas de la represa”, dijo García.
Como conocedor de lo que se está haciendo en el túnel de trasvase, explicó que todo está paralizado a pesar de haberle ingresado a la obra mil millones de dólares.
Señaló que se estaba trabajando en el revestimiento del túnel, pero de los 24.600 metros que requieren ese tratamiento apenas han cubierto mil.
Igualmente, denunció algunas irregularidades que vienen ocurriendo en el parque, entre ellos talas y quemas de manera indiscriminadas, ante las cuales el Ministerio del Ambiente, Inparques y la Guardia Nacional actúan indiferentemente.
“Están destruyendo el parque, las nacientes de los ríos y quebradas que alimentarán la represa y nadie hace nada”, enfatizó.
Insistió en que, pese a los anuncios sobre posibles fechas de inicio del llenado del embalse, no cree que eso pueda ocurrir este año, ni el próximo.
El 19 de mayo de 2010, durante una visita de periodistas al túnel, acompañados por el presidente de la empresa, ingeniero Landys Navarro, este anunció que en enero del 2012 se iniciaría ese proceso, lo que, lógicamente, no ocurrió.
En aquella oportunidad se dijo que estaban trabajando en el reforzamiento del túnel mediante inyecciones de concreto en las adherencias detectadas en la roca y el revestimiento. Eso sería en unos 1.200 metros considerados críticos.
La presa comprende 852 hectáreas en las que se proyecta almacenar 435 millones de metros cúbicos de agua que serán trasvasados a razón de 10,4 por segundo a través del túnel de 24,3 kilómetros hasta el portal de salida, en San José de Quíbor.
De esa cantidad 7,4 metros cúbicos por segundo irán al riego en el Valle de Quíbor y el resto, una vez potabilizada, al consumo en Barquisimeto.
Pero, de acuerdo al exedil García, además de no haber concluido el proceso de revestimiento, no se ha hecho nada en relación a la necesaria planta de tratamiento que debe ser construida en San José y tampoco en la aducción a la tubería madre que llevará el líquido vital hasta Barquisimeto.
Pero a pesar de esos atrasos, los más de mil productores de tomates, cebollas, pimentón y otros rubros del Valle de Quíbor continúan trabajando, produciendo los alimentos necesarios para Venezuela, esperanzados en que “algún día”, tan importante obra hidráulica se hará realidad.
