Los pequeños piden a sus padres mudarse de las casas, mientras las personas de la tercera edad están preocupadas porque gente ajena a la zona se meta a los apartamentos. Las madres se sienten aterradas por el futuro de su hogar, a la vez que los hombres piensan cómo protegen a los suyos.
Así es parte de la realidad de quienes habitan en la urbanización La Pastoreña que, según sus relatos, han pasado noches de terror desde que tomaron los terrenos de la zona.
“Vivíamos en el paraíso y ahora nos sentimos presos”, esas eran algunas de las frases de los habitantes de La Pastoreña, al referirse al ataque que vivieron la noche del martes.
Milagro Arellano cuenta que todo comenzó en horas de la tarde, cuando un vocero del partido oficialista, del que aún desconocen su nombre, se reunió con los invasores y los aupó para que realizaran consignas.
Una vez que este personaje se retiró, sonó una ráfaga de disparos y seguido de ellos vino una lluvia de piedras en contra de las mujeres que se encontraban en el estacionamiento.
El problema se calmó, pero el ambiente estaba tenso y a las 8 de la noche comenzaron a ver como un grupo de hombre se acercaba hacia los edificios y los vecinos detonaron un cohete para alertar al resto.
Los hombres de la residencia bajaron para impedir que estos accedieran a la urbanización, pero los invasores comenzaron a lanzarles piedras y metras. Se escucharon detonaciones de armas de fuego. Este ataque fue por al menos de una hora y no era solo por parte de los invasores, sino de vecinos que están alrededor de la urbanización que apoyan la toma.
Cuenta Arellano que ellos se reguardaron, pero más de uno resultó afectado porque quebraron vidrios de apartamentos, en las paredes estaban los orificios de las balas y además se vieron afectadas las gacetas de seguridad, el parque infantil y al menos siete vehículos.
La señora Arellano comenta que quien comanda la toma es la misma dama que hizo la invasión anterior y desde el mes de mayo que las máquinas llegaron para trabajar en el terreno, ellos comenzaron a reunirse indicando que era un urbanismo del Gobierno, pero es totalmente falso, pues se tiene previsto la creación de 280 townhouse y ya la constructora posee el permiso para ejecutar la obra.
Del mismo modo, Andreína Guerrero, habitante de la torre 6, quien además tiene siete meses de embarazo, relató: “Yo estaba preparando la cena para mi esposo y mi pequeña de cinco años. De repente, escucho disparos y siento que una piedra grande atraviesa uno de nuestros vidrios, que tienen papel de seguridad; y escuchaba mandarriazos. Por un momento, pensé que nos sacarían, porque eso gritaban y que los quemarían”.
En la torre 7 una dama tuvo una crisis porque una bala casi acaba con la vida de su hija. Los habitantes de La Pastoreña lo que piden es que los derechos humanos de sus pequeños también sean tomados en cuenta y que pronto se llegue a una solución para acabar con la pesadilla que allí están viviendo.
