Conseguir carne de res o pollo entero en Palavecino, se ha convertido en una de las más osadas hazañas.
La sola idea de salir a comprar cualquiera de estos dos rubros entraña toda una odisea y un tortuoso periplo a lo largo y ancho del municipio, amén de las colas a las que hay que someterse.
Dramáticamente la mayoría de los exhibidores y neveras de carnicerías, frigoríficos y supermercados, están vacíos.
En un recorrido por Cabudare centro y La Mata, se observó que los expendios de alimentos carecen de los señalados rubros, más en algunos establecimientos “milagrosamente” había los demandados alimentos pero a precios exorbitantes.
Desaparece lo regulado
Paradójicamente a lo señalado por voceros del Gobierno, tanto regional como nacional, los alimentos regulados como carne de res y pollo, desaparecieron.
En las carnicerías y frigoríficos en donde el mencionado rubro se vende, no es precisamente a precio regulado.
El pollo oscila entre 190 y 230 bolívares el kilogramo.
Muslos y pechuga cuestan entre 250 y 290 bolívares el kilogramo.
En lo referente a la carne de res, tanto para guisar, en bistec o por pieza, el valor se ubica entre 380 a 410 bolívares cada kilogramo.
La carne de cerdo también está por las nubes, situándose entre 370 a 400 bolívares, dependiendo del corte.
En una reconocida cadena de supermercados ubicada en Valle Hondo, hace más de dos años la escasez obligó a clausurar la carnicería, luciendo sus neveras vacías o llenas de refrescos.
En diciembre solo se llenaron con muslos de gallina y paleta de cochino.
Pero en sí, la carne y el pollo desaparecieron de los establecimientos del municipio Palavecino.
Algunos carniceros consultados aseguraron que los mataderos aún están disfrutando del asueto de las fiestas decembrinas.
Otros alegan que la carne a precio de canal, aumentó y es imposible venderla a precio regulado.
La cesta de pollo se consigue entre 180 y 220 el kilo.
Colas por doquier
Desde las seis de la mañana, a las afueras de los diferentes establecimientos comerciales comienzan a apreciarse colas que con el transcurrir de la mañana alcanzan varios cientos de metros.
Clientes recorren los diferentes comercios preguntando en las colas: “Qué llegó, o qué hay”, para optar a realizar las tortuosas filas.
En casi todos los supermercados o almacenes comerciales, se nota la presencia de funcionarios de la Fuerza Armada con el propósito de controlar el orden público y evitar altercados violentos como los registrados en La Mora o Cabudare.
Describir los productos más buscados implicaría mayor centimetraje de prensa, pues, son cientos los rubros que han ido mermando.
Los más buscados son los alimentos, sin lugar a dudas, pero los artículos de higiene y limpieza, literalmente escasearon desde los primeros días de diciembre.