La comedia significa el modo de expresión de la primera actriz que habla a las venezolanas sobre autoestima, confianza, respeto y superación personal.
Mimí Lazo ni es sumisa, ni es perfecta. Es luchadora, irreverente y sobre todas las cualidades, sincera.
Sus interpretaciones son una radiografía de las vivencias femeninas. Y es que en su vida ha acumulado un sinfín de anécdotas y experiencias que merecen ser contadas para conducir a la reflexión.
Lazo ha participado en más de 30 aclamadas piezas teatrales de Chéjov, Arthur Miller, Shakespeare, Anoujlh, Neil Simon, entre otros.
Tiene una prolífica carrera sobre las tablas.
En 1996 hizo historia tras estrenar el monólogo El aplauso va por dentro, de Mónica Montañés. Desde esa fecha, Lazo ha ofrecido más de 2.000 funciones en importantes plazas del mundo, convirtiéndola en una de las actrices hispanas más relevantes de la época.
Interpretar a Valeria marcó un antes y un después en la trayectoria de Lazo. Siempre es recordada por esa figura de El aplauso va por dentro.
Negada a desligarse del argumento femenino, la artista suma otra obra a su interminable lista, para confrontar a través de la risa a las mujeres.
Se trata del unipersonal A mi gordo no me lo quita nadie.
Es una “divina comedia” protagonizada por Lazo, escrita por su esposo, Luis Fernández, uno de los hombres que más sabe de mujeres y dirigida por la primera actriz Elba Escobar.
La historia de infidelidades y cirugías plásticas es catarsis y lección de vida para sentirse identificados.
El libreto confronta aquel mito de “vivieron felices para siempre”. Además se pone al descubierto la banalidad y superficialidad que invade a cualquiera con tal de no perder a sus maridos.
“Es el espejo incómodo de una realidad individual para resolver los problemas individuales”, recalcó Fernández a propósito del estreno mundial de A mi gordo no me lo quita nadie, en Caracas.
De “cachos y cirugías plásticas”
El próximo 27 de abril a las 7:00 p.m. la actriz presentará el nuevo montaje en el Teatro Juares de Barquisimeto.
De la mano de SOMM Producciones, estará de regreso para confrontar a las guaras.
En A mi gordo no me lo quita nadie la actriz es Mariita, una mujer capaz de hacer lo que sea para conservar a su pareja. Monta la típica “guardia” y evita que las cuaimas se le acerquen.
Asesorada por su madre, la insegura mujer pierde la identidad sin percatarse que por los retoques estéticos se transforma en una caricatura.
Arrastrada por sus temores busca mejorar su apariencia para que el infiel de su esposo deje a sus amantes. Pero de nada valdrán esos esfuerzos. Él igual la abandonará.
La moraleja apunta a que todas se acepten tal y como son.
“¿Por qué disfrazarnos para que nos quieran?”, recalca Lazo durante este llamado de alerta que apuesta a la autovaloración.
