Marti y la proeza de Iribaren

José Martí, el Apóstol Civil de la libertad de Cuba, en la épica biografía que escribe del General José Antonio Páez, exalta el glorioso nombre del Epónimo de este Municipio y joven héroe de Banco Largo Juan Guillermo Iribarren, en estos exultantes términos: “Con los prisioneros de su Teniente en Banco Largo monta los Bravos de Apure”.
La alusión es de indeclinable acento épico y el joven Teniente que llevó a cabo tan pasmosa hazaña es Juan Guillermo Iribarren, quien se cubrió de gloria en la riesgosa acción, que le valió el merecido reconocimiento de su señero Comandante y un pendón excelso en la posteridad, agradecida y conmovida por tan heroica proeza.
Esta destacada participación de Iribarren, en Banco Largo, su heroísmo y actividad desplegadas, lo hicieron único acreedor de una singular condecoración, representada por un escudo sobre el cual se grabó el lema: Arrojo asombroso, también, la única medalla otorgada por Páez, durante su larga trayectoria castrense.
Es el mismo centauro llanero, quien expresa su inaudito asombro: “El enemigo pasó el Apure y como tenía interés en ocupar las dos orillas de este rio, se atrincheró con una compañía de infantería en el pueblo de Banco Largo. Sabedor de esto envié al Capitán Guillermo Iribarren, para que con una compañía atacara las trincheras del enemigo” (Páez, Autobiografía). Ocultando su marcha por los matorrales infranqueables, se presentó Iribarren, inesperadamente, delante del enemigo y asaltaron sus soldados las trincheras, sin haber disparado más que un solo tiro, que hirió, mortalmente, al valeroso sargento Roso González, del bando contrario.
Con el juicioso concepto de critica militar del historiador Lino Iribarren Celis, descendiente del héroe, podemos agregar: la acción del Banco Largo tipifica, por sus características estratégicas y su contenido heroico, un raid de caballería sobre la posición fortificada. La posición española estaba fuertemente defendida por el Coronel realista José Navas, contra quien irrumpió Iribarren, en una asombrosa marcha, por donde menos se esperaba, dio el golpe decisivo y certero, tinosamente calculado, que no podía presumir, siquiera, la penetración de ninguna fuerza por esa posición inexpugnable. El dispositivo patriota más se hizo sentir, venciendo los factores adversos de una naturaleza inhóspita, que los recursos y atavíos del ejército español.
No existe uniformidad en los historiadores, respecto a la fecha cuando se libró la acción de Banco Largo. El académico Vicente Dávila, afirma que la toma de Banco Largo, ocurrió el 20 de febrero de 1.817. No comparte este aserto el biógrafo Morales Marcano. Lejos de ser relevante esta disidencia, refleja el mayor interés con que se ha estudiado la vida y la prodigiosa hazaña de Iribarren.
Para un metódico historiador, descendiente de su heroico ancestro y de su nobiliario espíritu, Don Lino Iribarren Celis, dice con admirativo acento: ¿Quién puede dudar, que el combate haya ocurrido, el 25 de marzo, fecha cuando el eximio paladín, cumplía veinte años de vigorosa y lozana existencia?
Ante los juicios enaltecidos, se suma el incomparable testimonio de la pluma de oro de José Martí, como también inextinguible elogio y blasón imperecedero que exornan la límpida gallardía del Epónimo del municipio.