Los periodistas tenemos que predicar con el ejemplo

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Hoy 27 de junio, en el Día Nacional del Periodista, se recuerda la publicación del primer número del Correo del Orinoco en 1818.

A propósito de esta conmemoración, la Fundación José Macario Yépez honró en su tercera edición la labor de periodistas, reporteros gráficos, camarógrafos y locutores, quienes se desempeñan en los diferentes medios de comunicación de la región.

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El acto, realizado este viernes en el Hotel Jirahara, tuvo como preámbulo la presentación del Ensamble de Saxofones del Sistema Nacional de Coros y Orquestas del estado Lara, así como la participación de una pareja de baile de la Escuela de Joropo Los Catarí.

Como anfitrión de la entrega de los 40 reconocimientos se destacó el licenciado Nolberto Herrera, mientras que las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de  Deyanira Graterol, presidenta de la fundación.

“Este es un regalo de la organización civil y sin fines de lucro José Macario Yépez, de la comunidad para todos los comunicadores que se desempeñan en sus áreas, para retribuirle su esfuerzo. Un humilde homenaje. En la Fundación trabajamos día tras día para hacer lo mejor”, expresó Graterol, quien calificó a Carlos Croes, orador de orden, como un gran ejemplo de juventud.

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Como todos los años se entregaron las órdenes en su única clase Mariano Kossowski, Dr. Eduardo Gómez Tamayo y Dr. Emeritus Juan Manuel Carmona.

El diácono Carlos Páez, fue el encargado de bendecir la ceremonia, tras escuchar las gloriosas notas del Himno Nacional.

En el presidio estuvieron el alcalde Alfredo Ramos, Carlos Croes, Deyanira Graterol, Aura Rosa Matheus (CNP-Lara), Lino Bracho (Proinlara), Alicia Sanabria (Club de Leones), Nelly Velazquez (UCLA), Carlos Páez, Héctor Segura (Círculo de Reporteros Gráficos) y Sofia Kossowski (Promar TV).

Se aprende ejerciendo

El periodista Carlos Croes, vicepresidente de Información de Televen y conductor del programa Diálogo con, mencionó sentirse honrado y entusiasmado.

“Me honra porque la Fundación Macario Yépez cumple una labor social y al frente de ella está Deyanira, quien trabaja incansablemente, no es fácil en estos tiempos acometer una obra de esa naturaleza”.

Croes también se refirió al legado de José Macario Yépez y Mariano Kossowski, en ese sentido, expresó que el periodismo es ese oficio que se aprende ejerciéndolo, con constancia y humildad; un camino que hoy estamos obligados a transitar quienes trabajamos para contar las cosas, por encima de cualquier dificultad.

“El periodismo ha sido víctima y no el victimario en América Latina y en el mundo”.

Desde el poder, prosiguió, en todas las épocas, se pretende imputar a los medios de comunicación los males de la sociedad. Dejamos de ser el instrumento democrático por excelencia a los ojos de los gobiernos, al mismo tiempo, somos objetivo de los radicales de izquierda, derecha, fundamentalistas religiosos y fanatismos políticos y económicos, que al final nos llevan a una situación que no le conviene a ningun habitante, subrayó.

Croes señaló que en una sociedad de conflicto y confrontaciones, la primera víctima es la verdad.

Añadió que los periodistas no podemos convertirnos en jueces ni en fiscales, ya que somos informantes de la realidad.

“En mi larga vida de periodista he visto periodistas buenos, malos y regulares, pero prefiero los periodistas malos al abuso de los gobernantes que invocan la Constitución a su conveniencia. Como dijo José Tadeo Monagas, las Constituciones sirven para todo, hasta para violarlas”.

A juicio del comunicador, los periodistas se han vuelto cronistas en lugar de críticos, responsables de los vicios del sistema. Otras veces, tomamos el camino de la inmediatez.

No somos perfectos

La ética, aseveró, es obligante en cualquier tiempo. Los periodistas tenemos que predicar con el ejemplo, a veces tenemos nuestras culpas, no nos analizamos y creemos que somos perfectos y eso es un error.

“Por esa amnesia pagamos. Los televidentes nos apagan, los lectores no nos leen”.

El periodista tiene que insistir e informar hasta descubrir cada verdad. El poder nos ve como un mal necesario. En cada gobernante, ayer, hoy, en Venezuela, en el mundo, donde sea, siempre hay una tentación a no tolerar al periodista, se olvida que el papel del estado es fortalecer y no debilitar a los medios de comunicación. Se olvida que toda medida o presión atenta contra el sentido ideológico de la democracia. El poder, cualquiera sea su signo político, cuando excede los límites es totalitario, denunciarlo es un reto diario que tenemos, pronunció.

El otro reto son las nuevas formas de tecnología. La aparición de internet nos obliga a ser más creativos en el ejercicio profesional, pero con responsabilidad y respeto a las opiniones de los demás.

“En Lara ha habido casos de agresiones a periodistas, además tenemos migajas de libertad. Podemos expresarnos en algunas partes. Las limitaciones aparecen cuando no hay papel en los periódicos, cuando se daña una pieza de una televisora o radio que no se consigue en el país”.

Croes apuntó que ningún gobierno tiene derecho a coartar el libre ejercicio del periodismo.

“Quiero un país con libertades plenas para el ejercicio del periodismo, quiero un país donde ni siquiera por sospecha se hable de censura o autocensura, quiero un país sin periodistas bajo amenaza de cualquier signo político o económico, quiero un país sin exceso de poder, incluso el que se les asigna a los medios de comunicación. Aspiro un país en paz, el odio no construye”.

Los periodistas no estamos para tumbar gobiernos, dijo, estamos para informar realidades, así esa realidad moleste al Gobierno. Tampoco estamos para destruir reputaciones.

“Tenemos que reconocer que no poseemos la autoridad moral para enjuiciar a las personas. No convirtamos las redes sociales en armas de destrucción masiva, por ciertas ligerezas. Aprovechemos las nuevas tecnologías para promover mensajes de paz y nunca para confundir las sociedades. Seamos críticos en el sentido constructivo, sin influir en la vida privada de nadie. Cuando se crean tribunales mediáticos se causa un daño a la persona. En mi caso, puedo decir que prefiero ser un periodista respetado que temido”.

 

 

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