Los malos usos de la historia

Quien tenga tratos con la Historia, desde el aficionado a la lectura de libros de historia, hasta el profesional que vive de investigarla y enseñarla, debe leer el artículo que con este mismo título publicó en El país el catedrático historiador José Álvarez Junco el 22 de diciembre pasado.
Señala Álvarez que la Historia aspira a la condición de ciencia social y que, por tanto, no admite el falseamiento. Lo malo es que parte de la Historia que se escribe cae en este tipo de deformación cuando está al servicio dealguna finalidady organización política.
En todos los historiadores existe la tendencia inconsciente a interpretar los datos de acuerdo con el marco de su experiencia vital, esto es en parte inevitable, pero hay mecanismos para minimizar que eso ocurra. Lo grave es cuando la manipulación esintencional, con fines políticos, como se nota en la serie de micros radiales con los que el gobierno bolivariano pretende demostrar que el imperialismo existe y es muy maluco, algo que nadie niega, pero los “argumentos” históricos que utilizan en los micros son incompletos, insuficientes o simplemente falsos y, en todo caso, hacen evidente la ignorancia y la mala intensión de quienes nos gobiernan.
Por ejemplo: En uno de ellos se afirma que los Estados Unidos organizaron el golpe de Estado y el asesinato de Salvador Allende. Lo primero es verdad, está bien demostrada la intervención y apoyo de la CIA a los golpistas, pero es falso que Allende murió asesinado: se suicidó. El suicidio, en su caso, fue una muerte mucho menos decorosa que si hubiera muerto en combate, que ha podido hacerlo.
Otro micro acusa a los USA de haber lanzado la bomba atómica, matando a más de 200.000 japoneses. Esto es cierto, pero se olvida de contar la historia completa del porqué lo hicieron. Ellos se dieron cuenta que la conquista militar del Japón iba a costar muchas más vidas, por la acérrima defensa que el Japón haría de su territorio, vidas no sólo japonesas, sino también norteamericanas, como iba ocurriendo en la conquista de las islas ocupadas por los japoneses en su frontera marítima. Acepto que eso de sumar y restar muertos es una contabilidad macabra, pero tras los bombazos, a los pocos días el Japón se rindió. La bomba no costó una sola vida norteamericana más. No decir esto, es una vulgar manipulación de la historia para fomentar el rechazo a los USA, apta sólo para ignorantes.
Hay más pero el imperialismo de EL IMPULSO, por falta de papel, nos impone límites, propios de una economía de guerra, la del gobierno contra la libertad de prensa.