Las más gratas impresiones nos dejó en el espíritu, el concierto sinfónico realizado en Carora, el pasado cinco de los corrientes. Una cordial invitación del nieto Ayamán Cañizales, afortunado concertista del Corno, que interpreta con gracia natural, atendida con efusivo aprecio, nos llevó a estar presentes, en este descollante acto musical, en compañía de mi esposa Fanny, mi hijo, el Licenciado Francisco Cañizales Lomelli, su esposa Emilce y con la presencia primaveral de Karen, la agraciada prometida de Ayamán, el de indiano abolengo.
A Carora, que en la exaltación romántica del Padre Borges, es la Granada Venezolana, se llega por una amplia avenida arbolada, que es ya grata invitación al visitante. El concierto tuvo lugar, en la acrópolis tórrense, el confortable Teatro Alirio Díaz, eviterno homenaje al esclarecido maestro, guitarra del mundo y gloria del terruño, situado en pintoresco lugar, donde se cruzan todos los caminos de la levítica ciudad.
Entre las preferencias más gratas, que me impulsan espiritualmente a avecindarme en Carora, se cuenta la grata circunstancia de ser terrón nativo de mi madre, Soledad Verde de Cañizales y de mis abuelos, el Procurador Francisco Verde Gallardo y Doña Rosaura Bracho Pérez de Verde Gallardo. Motivo de puro y elevado afecto, de esas presencias amadas, que a mi vida se unen y se identifican, por los lazos perennes del ancestro familiar. A la vez, rendir alabanza y elogio a la primera sede de EL IMPULSO, centenario heraldo del espíritu, me enseño, que periodismo es apostolado, expresión de altas ideas y luchas de nobles ideales.
Digna y noble, a la vez, nos pareció, la cordial mención que el admirado maestro Felipe Izcaray, Director de Orquesta de selecta calidad. Hizo del común amigo doctor Domingo Perera Riera, bajo cuya guía, vivió momentos de resonancia la cultura caroreña. Decía el Libertador, después del patriotismo, la gratitud es la mayor virtud del hombre. El maestro Felipe, hombre de filiación boliviana sabe unir, el agradecimiento a la virtud. O también, si se despiertan envidias de alevosa verecundia, es suficiente la piadosa salmodia del salmo de la Sagrada Biblia: “Enmudezcan los labios fraudulentos que hablan inicuamente contra el justo, con soberanía y menosprecio”(Salmo XXX, Sagrada Biblia).
Carora, vasta Provincia espiritual de la patria, se encuentra de beneplácito porque el eximio maestro Felipe Escaray, en buena hora y con lujo de aptitudes, asume la Dirección de la Orquesta Sinfónica de Juventudes Larenses “Pedro LeónTorres”(Núcleo Carora). La gloriosa Eponomía del heroico paladín, infunde valores, dignos de imitar, a quienes serán nuevos exponentes del arte musical, en la entraña del terrón nativo. Bolívar dijo, lamentando el viaje definitivo de Pedro León Torres: hemos perdido uno de los hombres más útiles para la era de la paz. Por lo que aquí toca, la voz providente, alcanza prodigioso magisterio creador.
El Maestro Felipe Izcaray, retorna al terruño entrañable, admirablemente dotado, para la nutricia obra a realizar, con tan buenos auspicios y galas de saberes. Vocacionalmente asistido y confianza en aptitudes plenas, esa feliz integración de ser y de quehacer, según el psicólogo Mira y López, produce la adaptación perfecta, para logros de suprema calidad.
En el Programa de este Concierto auspicioso, se usan métodos asociativos para logros y empatía de una sistemática formación. El contenido y los primores, se identifican en el meridiano: del Nuevo Mundo al Llano. (Todo comino como la esperanza, todo horizonte como la juventud, de la concepción galleguiana) Juntos: AntonínDvorák, Aldemaro Romero y exponentes del Ensamble de Carora, son la unidad y la universalidad del arte musical.
Augurios y los mejores logros al maestro Izcaray, por su afortunado retorno, para una obra de magnitud y crecimiento, cifrada en elevar el nivel cultural de Carora, por los métodos que aconsejaba Platón.
