Lo consiguieron sin vida y enterrado (Fotos)

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Tras estar trece días desaparecido, la mañana de ayer fue localizado el cuerpo sin vida de Miguel Ángel Parra Suárez. El cadáver estaba descompuesto y enterrado en una montaña en el sector Lomas de Propatria, del barrio El Jebe, al norte de la ciudad.

Pelearon con él

El joven de 28 años creció en Oriente, hace cuatro años se vino al estado Lara, y se puso a vivir con su abuela en el barrio La Cruz. Trabajaba en mantenimiento en la Contraloría de Palavecino. Hace año y medio conoció a una joven llamada Windimar Flores, de quien se enamoró y comenzó a vivir con ella en el sector Propatria del barrio El Jebe, al norte de la ciudad.

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Sus tías, al saber la noticia, pelearon con él. Le decían que era una zona peligrosa que no tenía necesidad de vivir allí. Sin embargo el joven enamorado hizo caso omiso.

Miguel Ángel era muy familiar. Todas las mañanas acostumbraba a pasar por casa de su abuela a saludar y el martes, 16 de diciembre, fue la última vez que lo hizo.

No llegó al centro

Al menos diez meses vivió el joven con Windimar y hace cinco meses, tras algunos problemas, decidieron separarse. Desde ese momento se fue a casa de Yeiber Ortiz, primo de su pareja.

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La relación de Miguel Ángel y Windimar era buena. Siempre estaba pendiente del bebé de tres años de la joven, que él estaba criando.

El martes 16 de diciembre, cuenta la joven que se vieron a las 6 y 30 de la tarde en una clínica, al oeste de la ciudad, posteriormente ella se fue a su casa y él quedo en el Hospital. Se escribieron en la noche y a las 9:30 fue el último contacto. Quedaron en verse en el centro, para comprarle unas cosas al bebé, pero a la cita nunca acudió.

El día jueves Windimar fue a la casa de su primo Yeiber para preguntar por Miguel Ángel, pues tenía días que no lo veía. Éste le contestó que pensaba que había regresado con ella.

Avisó cinco días después

El sábado 20 de diciembre, Windimar Flores acudió al hogar de la abuela de Miguel a preguntar si estaba allá pero tampoco sabía de él. En ese momento informaron a las autoridades de su desaparición.

Familiares indicaron que lo buscaron por todos lados y no sabían nada de él. Creen que su expareja y el primo deben saber algo de lo sucedido.

Se separaron y buscaron

La expareja comentó que el día de ayer, ella, su familia y vecinos, decidieron buscar por todo el cerro y a las 10 y 30 de la mañana de ayer, una jovencita de 13 años observó un hueco en el cual se veían unas rodillas y parte de hueso.

A un lado estaba una sábana, una bolsa negra y hasta guantes. Dieron el parte a Polilara y a la familia del joven.

Una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc llegó al lugar. Con picos, palas y ayuda de los propios familiares, desenterraron el cadáver, que se encontraba acostado, con sus manos en el pecho y las rodillas dobladas hacia el estómago.

El cuerpo estaba en estado de descomposición, no se le visualizaron heridas; aunque no se apreciaba muy bien sus características físicas, fue reconocido por sus seres queridos por un tatuaje que tenía en su pierna derecha.
La víctima se encontraba en bóxer, llevaba una franela oscura y una chaqueta.

Los sabuesos del cuerpo detectivesco apenas comienzan la investigación.

Los primeros en ser sometidos a interrogatorios fueron la expareja y el joven con quien compartía vivienda la víctima.

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