LECTURA – ESTEBAN

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Esteban Castillo sigue siendo, para mí, que le conozco desde sus originales pininos por los caminos de la plástica, cuando aún era muy joven, para no empujarlo sanamente hacia su propia niñez, un artista sencillo, reposado, tranquilo. Una persona que controla con su abnegada personalidad que su límpida conciencia no se la enchumben los humos. Esteban es sinceridad a toda prueba. Antes de que ingresáramos, desde la calle, a la exposición de sus obras, el día de la inauguración en el espacio de Ámbitos, nos dejó con sus palabras su inquebrantable lección de humildad. Entiéndase esta palabra que no es un hombre que practica mirar por encima de los hombros. Que todos, sin excepción, soportamos recorrer arrebatadamente la brevedad de vivir la existencia.
Esteban comentó, con mucha propiedad como los trabajos que expone tienen sus antecedentes vitales en la década del ochenta, en París; como la relación “forma-color” tienen elementos que proceden de la década del setenta, de Londres. Su solitaria columna originaria de la década de los  noventa. Y su “pala”, pluralizada   “las palas de Esteban”. Es todo cuanto en aquel medio de Ámbito, donde la pugna entre los espacios de su espacio asfixia la existencia de quienes pugnazmente también nos movíamos en procura de colocarnos ante las obras.
En todo este reducido espacio para la grandeza de lo que se exhibe, la anécdota con la cual Esteban clausura sus palabras de bienvenida. Cuenta Esteban, (pero la narración aquí es mía): que un afamado crítico de arte en Europa, en una exposición se detiene ante una obra: la observa, la detalla con la mirada, la escruta, la ve con detenimiento. El autor que le observa se planta ante el crítico y le descarga una perorata de consideraciones
artísticas, filosóficas y descriptivas de lo que para él era su más valiosa obra. El crítico, muy gentilmente, le permite que se vacíe, que lo diga todo y ya sin argumentos, lo apabulla con la mirada y secamente le dice: ¡”Ahora no me gusta”!
Las artes en general son medios de expresión, por ello, por sí solas se manifiestan; la palabra es el recurso para la poesía, para la literatura como el color es para la plástica y el sonido para la música. ¡Muy buena lección, Esteban, de tu integridad!

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@carlosmujica928

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