Las voces de Penélope – Setenta años de periodismo

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Venezuela ha tenido muy buen periodismo y periodistas, aunque dicha tradición haya sido negada o “ninguneada” por quienes ignoran tal tradición, que incluye como en toda América Latina la participación activa de sus escritores en el buen periodismo escrito, el que alía la ética a la creatividad en el manejo de los recursos del lenguaje.

“70 Años de Entrevistas en Venezuela”, no sólo ha sido objeto de mis entusiasmos por la belleza de la edición, el prólogo de Francisco Suniaga y la variedad y precisión de las estrategias de esa especie de ping pong verbal de preguntas y respuestas, que constituyen la base de las 22 entrevistas, realizadas desde 1942 al 2012, cuya curaduría corresponde a Sergio Dahbar, para quien “la selección fue un ejercicio intenso y doloroso, porque hubo que dejar fuera material excelente” y cita a García Márquez: “La entrevista es el género maestro, porque en ella está la fuente de la cual se nutren todas las demás”.

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Quien no haya tenido en sus manos una buena antología del tipo que sea, con materiales unidos por una pulsión común, no sabe de enamoramientos textuales, de esos que requieren una dosis de paciencia para decidir incluso el cómo ha de ser leído, si bajo el orden propuesto por el compilador o el misterioso camino del azar intuitivo del lector. Cualquiera de los dos es válido si conduce a la reflexión que sobre lo leído, cabalga en los territorios del único vicio impune: el de la lectura.

Los periodistas y sus entrevistados: Miguel Otero Silva a Rómulo Gallegos en 1943;a Rómulo Betancourt en el 1963 y a Raúl Leoni en 1969; Ramón José Velásquez a Diógenes Escalona en 1945; Carmen Clemente Travieso en 1946, la que a mi parecer es la mejor entrevista a Reverón; Eleazar Díaz Rangel a Jóvito Villalba en 1959; Miyó Vestrini a Carlos Cruz Diez en 1971; Tomás Eloy Martínez con un texto periodístico-literario sobre Guillermo Meneses en 1976; Ramón Hernández a Germán Carrera Damas en 1980; José Pulido, recrea y oye a Cortázar en 1982; Bernardo Fischer a Hans Neumann en 1984.

Elizabeth Fuentes en 1984 da un perfil de lo que sería Edmundo Chirinos; Nelson Hippolyte Ortega en 1985, se asoma a la cultura “popular” representada por Yolanda Moreno; Luis García Mora, Víctor Suárez, Ramón Hernández y Trino Márquez entregan la palabra inteligente de José Ignacio Cabrujas en el 1987; Roberto Giusti en 1990, entrevista a Carlos Andrés Pérez y en el 2000, con Andrés Mata, a Hugo Chávez; Pedro Llorens a Ramón J. Velásquez en 1993; Boris Muñoz entrevista un regañón García Márquez y la escribe como una crónica que es también diálogo; Milagros Socorro a Leonor de Mendoza en el 2003 y a Isaac Chocrón en memorable entrevista poco antes de morir en el 2011; Andrés Rojas a Enrique Capriles cuando estuvo preso en el Helicoide en el 2004. No es exagerado pedir que este libro sea de obligatoria lectura y discusión en las Escuelas de Comunicación Social. Desde diversos ángulos, se comprendería mejor cómo se gestó el país que padecemos hoy con su intolerancia, los avatares de la transición a la democracia y la ignorancia de las lecciones que nos ofrece nuestra Historia.

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