Las voces de Penélope – No era como ahora

“Hablábamos la lengua/de los dioses, pero era también nuestro silencio/igual al de las piedras./Éramos el abrazo de amor en que se unían/el cielo con la tierra./” , nos dice la mexicana Rosario Castellanos en Destierro, hilo poético que meguía al abordar un tema tomado a la ligera por nuestros gobernantes.
Muchísimos venezolanos se están yendo del país. Jóvenes recién graduados, adultos profesionales con gran capacidad y experiencia, pequeños y medianos empresarios labrados a punta de trabajo y deseos de superación y hasta gente de la tercera edad. La falta de empleo cónsono con su profesión y la inseguridad son buenos motivos. Es suicida la manera en que se le ha negado al conocimiento valor social y se estimula la emigración. Pues si, antes no era como ahora.
AnitzaFreitez, autora de “La emigración en Venezuela durante la última década” (UCAB) incorpora datos de más de 70 países donde residen compatriotas. Al parecer Estados Unidos, con unos 170.000 venezolanos y España con 160.000 abanderan los destinos, aunque se ignoran cifras de los descendientes de europeos al no aparecer registrados comoinmigrantes.
La USB aporta también: el profesor Iván de la Vega en encuesta realizada en el  2013 a 1200 universitarios de Caracas de distintas carreras, concluyó que los estudiantes colocaban la inseguridad como primer motivo para pensar en abandonar el país, el segundo, el político y el tercero la búsqueda de empleo y mejor salario.
“No, no estábamos solos./Sabíamos el linaje de cada uno/y los nombres de todos./Ay, y nos encontrábamos como las muchas ramas/de la ceiba se encuentran en el tronco./”
Aunque el Ministerio de Educación Superior no dice ni mú, se sabe que mucho académico activo ha emigrado. En la USB unos 240 profesores han dejado sus puestos desde 2009. La UCV ha perdido 700 docentes desde el 2011 y la LUZ tiene 1.577 vacantes profesorales. En este país, un camillero gana más que un médico y el bedel más que el catedrático universitario.  El capital humano, científico, humanístico y tecnológico emigra y es absorbido por sociedades que sí valoran la formación de la gente.
Colombia recibe, según el Centro de Estudios Políticos e Internacionales de la Universidad del Rosario, una generación de profesionales venezolanos de altísimo nivel que diseñaron sistemas de extracción que permitieron a Colombia “en los últimos años aumentar nuestra cuota”. Se le atribuye ser una “migración muy calificada, de profesionales de las mejores universidades que llegan a buscar empleo y otras veces a establecer su propio negocio, pero siempre con un capital y un alto potencial inversionista, de manera que le están aportando mucho a nuestro país, porque vienen para quedarse”.
Hay aunque Ud no lo crea, la alegría triste de emigrar pues ya no somos ramas unidas en el tronco:“No era como ahora/que parecemos aventadas nubes/o dispersadas hojas./Estábamos entonces cerca, apretados, juntos./No era como ahora./”