Las voces de Penélope – Brasil y doña FIFA

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“El fútbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse” dijo Paul Auster aludiendo al complejo entramado sociocultural que lo sostiene. En la misma línea de las emociones, FrancoiseSagan afirmaba que este deporte le recordaba “Viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio, se puede querer u odiar tanto a alguien.”
Camus fue arquero en un equipo universitario. Afirmó que sus mayores “certezas sobre la moral y las obligaciones de los hombres están allì”. De lado opuesto, Orwell decía que era un deporte “…en el que todo el mundo sale herido y cada nación tiene su propio estilo de juego, lo que le parece injusto a los extranjeros”. Incluyendo los mordiscos. En todo caso es muy diferente el fútbol latinoamericano al europeo en técnicas y estrategia de juego. Si lo duda, recuerde los encuentros entre Holanda o Alemania con los temperamentales brasileños y argentinos.
Galeano en “El Fútbol a Sol y Sombra”  añade un elemento muy uruguayo: “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. Asunto que al parecer desconocen los fans brasileros que en masa abandonaron el estadio o aplaudieron la paliza infligida por Alemania a su equipo.
Brasil invirtió 600 millones de dólares en la remodelación de estadios e infraestructura para el Mundial.  En la mítica  y remota Manaos, cuyo teatro en el corazón de la Amazoniase terminó en 1895,se construyó un estadio de 270 millones de dólares para  4 juegos. De Portugal se enviaron vía marítima los materiales que  luego arribaron por el río Amazonas.
¿Más?Se acreditaron 19 mil periodistas para cubrir la Copa Mundial, se vendieron 11 millones de entradas y10 millones de pasajeros pasaron por 20 aeropuertos brasileños.La seguridad costó 900 millones de dólares. Muchos disturbios y conflictos sociales se originaron en la “limpieza” realizada por el gobierno brasileño en favelas emblemáticas.
Las cuentas no le salen bien al anfitrión. Otro obtiene las ganancias de Copa en Copa. Doña FIFA impone la exención de impuestos de cualquier tipo, al consumo y a la renta; a nivel municipal y estatal, dejando de pagar 250 millones a Brasil.
Otra de las condiciones fue dejar sin efecto la prohibición de venta de alcohol en los estadios, decretada en el 2003. Uno de los patrocinantes, la Budweiser, no es precisamente jugo de cebada y estaba allí para ser bebida. El humorista británico, John Oliver califica de suerte que la FIFA no impusiera los Tribunales de la Copa del Mundo, exigidos a Suráfrica, cuya rapidez para impartir justicia a carteristas deja atónito a cualquiera: dos zimbabuenses que robaron un miércoles a dos periodistas, fueron detenidos y juzgados el jueves y condenados a 16 años de cárcel.  En fin amigos, que al margen de la emoción lúdica mundial, conocemos el juego de la cancha, pero no las reglas de la Doña que es la dueña.

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