El término (tumbarse) a la bartola, muy propio al fútbol y de origen lunfardo, es añejo, pero la Vinotinto se encargó de desempolvarlo por la “descuidada o despreocupada” actuación del pasado viernes frente a Jamaica, en el que cedió 2 goles por 1 con el ingrediente extra de dejar abierto un abanico de preocupaciones de cara a la Copa América, excusa utilizada precisamente para que se diera el careo amistoso frente a los isleños.
En la fase previa, por la categoría de los convocados por el técnico Noel San Vicente el interés estaba dado en el puñado de propuestas que podría presentar el cuadro nacional, que venía de un par de triunfos consecutivos ante Honduras. Al final, cero propuestas en lo ofensivo y decepción pura en lo defensivo, además de preocupación, alarmas al máximo porque la cita continental está a la vuelta de la esquina, por lo que el trabajo a seguir es sin pausas y acelerado.
En análisis grueso de lo visto frente a Jamaica, Venezuela nunca manejó la tenencia de la esférica, razón indispensable para intentar las acometidas hacia la valla rival.
El medio sector, poblado por nombres de gran resonancia y épicas actuaciones en épocas pasadas (Franklin Lucena, Tomás Rincón y Juan Arango), jamás tuvo peso específico en el partido, acción que imposibilitó la acción de los delanteros, varios de ellos con jerarquía, quienes estuvieron deambulando y sin trascendencia en los noventa minutos al no recibir el alimento necesario para trascender en su territorio, el último cuarto de cancha.
Así, al detenernos en las individualidades, Salomón Rondón, pese a su jerarquía, quedó solitario, perdido en la línea defensiva rival y nulas posibilidades de acierto porque jamás rondó en condición de peligro sobre la valla rival.
Mario Rondón destacable por ser voluntarioso en sus tareas, tanto en la izquierda como en la derecha, mientras que el debutante Cristhian Santos, de gran cartel por el ramillete de goles en la segunda división del fútbol holandés, además de quedar en deuda, también pagó caro la “descuidada y despreocupada” acción del sector medular.
Es verdad hay un tanto en la cuenta, el bombazo de Gabriel Cíchero, pero fue sólo eso, un bombazo de gran factura y de gran visión del jugador que, al percatarse que el golero Dwayne Kerr estaba adelantado, lanzó la esférica con fuerza y precisión.
A partir del momento del gol, Jamaica, trabada en el medio campo, reaccionó y con la velocidad de siempre, con escasos dos minutos de diferencia alcanzó la paridad. Después intentó y pudo más que las fuerzas criollas, a las que desde los minutos iniciales había desnudado en las grandes grietas, no fisuras de la línea defensiva, especialmente por el sector izquierdo, porque Cíchero fue constantemente desbordado por los veloces atacantes jamaiquinos, acción que descolocaba constantemente a los centrales Oswaldo Vizcarrondo y Fernando Amorebieta, quienes, en otras facetas mostraron lentitud en sus reacciones, por eso el segundo gol de los jamaiquinos.
En definitiva, tarea recia la de Sanvicente al tener que recomponer todas las líneas criollas con escaso tiempo, porque el choque ante Perú es el martes y la Copa América en apenas tres meses. Veremos.
