El concierto dominical realizado cada semana en la Fundación Juan Carmona del diario EL IMPULSO se convirtió en un encuentro con el romance.
Los adultos mayores fueron mayoría en el concierto para nada convencional. La lírica del pasado cobró vida entre voces del presente.
Fue una sorpresa y honor para la audiencia de la tercera edad que la juventud rememorara boleros de décadas tan distantes.
“Se equivocaron de época”, comentaron entre risas los abuelos que disfrutaron de la propuesta del Trío Vendaval.
Los primos Ricardo y Ronald Alvarado (guitarras) junto a Ángelo García (requinto) dieron un repaso por los boleros más emblemáticos junto a Keiber Timaure (percusión).
La música sirvió para dar la bienvenida al Mes del Amor y la Amistad.
Añoranzas
Vendaval despertó recuerdos y admiración del público que guarda en su corazón cada estrofa de esos boleros perpetuados por los tríos que se paseaban por las calles, especialmente entre los años 40 y 60.
La arquitecto Alicia Feaugas de Carmona, presidenta de la Fundación Juan Carmona, hizo la promesa de que sería un viaje por las canciones que cautivaron a la juventud del ayer. Y así fue.
El Trío Vendaval revivió el romance. Comenzaron con Une tu voz a mi voz, un clásico de Los Panchos.
La primera impresión sí es importante. Lo demostraron estos músicos con su proyecto bañado de juventud. Esa primera canción sirvió para que desaparecieran las barreras.
A partir de ese momento no importaban las edades. De nuevo las melodías cumplieron con el milagro de la unión.
“Es un placer compartir con ustedes. Lo que hacemos es una herencia de nuestros abuelos. Nos llena mucho su presencia”, dijeron los virtuosos que luego entonaron Amorcito corazón, Motivos y Rayito de Luna.
“Mientras existan voces así siempre vivirá el amor”, comentó un miembro del público.
“¡Que viva el romanticismo!”, agregó otro melómano.
En homenaje al maestro Danny Rivera, natural de Puerto Rico y ganador de un Grammy, interpretaron Madrigal.
Y a Los Panchos le dedicaron Si tú me dices ven.
Seguidamente, se lucieron con una versión inédita de Tu cárcel, original de Marco Antonio Solís y popularizada por Pastor López.
Como han pasado los años, La gloria eres tú y Celoso. Esa última pieza fue en honor al abuelo de los primos Alvarado, el hombre que los enseñó a sonreír y a cantar boleros.
El Trío Vendaval también honró a los Hermanos Gómez, quienes dejaron su huella en los ventanales de la Barquisimeto de antaño, cuando las serenatas estaban a la orden del día.
La media vuelta, Diez lágrimas, La Barca y Me voy pa’l pueblo completaron el repertorio.
Para despedirse, regalaron a la audiencia el clásico Mujer divina.
Las ovaciones sellaron aquel encuentro con el romance y el amor puro, ese que perdura sin importar las dificultades.
