Se aproximaba la medianoche de este martes cuando un amigo tocó la puerta de la casa de una adolescente de 17 años de edad, ubicada en la invasión Divina Pastora, adyacente a Villa Esperanza II en Palavecino.
Ella confiada le abrió, su amigo le dijo que lo acompañara hasta otro lugar a dos cuadras. Los alegatos que usó el joven para convercerla se desconocen, pero accedió y al llegar al sitio un sujeto le puso una escopeta en la espalda.
“Noooo, ya va” gritó la joven pero el criminal le descargó la escopeta dejándola sin vida casi al instante. Cuando le avisaron a los padres de lo ocurrido, la trasladaron hasta el ambulatorio Don Felipe Ponte en Cabudare pero a su ingreso, ya no respiraba.
La vecinos de la invasión poco dijeron sobre el hecho, pero unos cuantos se atrevieron a decir que la víctima estaba en malas andanzas.
Trascendió que la joven era novia de un antisocial pero que además su grupo de amistades era “hampa” y ella también participaba en las fechorías.
Presuntamente cometían atracos, consumían sustancias ilícitas y entraban a hurtar a las quintas de zonas más pudientes como La Mendera.
Supuestamente el grupo de amigos de la adolescente se enemistó con el novio y ella pagó los platos rotos. Por medio de fuentes ligadas a las investigaciones se conoció que han salido a relucir varios apodos, El Keneke sería el hombre que disparó a la muchacha.
Eligió la mala vida
Además de dormir en la invasión Divina Pastora, la víctima también tenía familiares en el barrio La Lucha, al oeste de Iribarren.
Se supo que era la menor de tres hermanas, también tiene un hermano varón. Sus padres la tenían en tratamiento psicológico pero ella no quiso alejarse de las malas amistades.
Conocidos aseguraron que tenía un novio que tres meses atrás asesinaron y había comenzado una nueva relación.
Las investigaciones continúan, ayer la comisión del Cicpc que lleva el caso seguía entrevistando a los allegados de la víctima para obtener más pistas y dar con el paradero del responsable.