Sobre el reto de generar 600 millones de empleos decentes en los próximos 15 años promovido por los organismos internacionales, un país como Venezuela que presenta la más alta inflación del mundo, los más altos niveles históricos de desabastecimiento, altísimos niveles de criminalidad y que se encuentra en los últimos lugares en los indicadores mundiales de competitividad, transparencia, atracción de inversiones y confianza en el país, está definitivamente transitando el camino equivocado para alcanzar su mayor desarrollo.
Dicho pronunciamiento fue realizado por el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, en su intervención en la Centésimo Cuarta Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Indicó que la armonización de los intereses de los grupos de trabajadores, gobiernos y empleadores para lograr la generación del mayor número de empleos decentes y la empresa sustentable debe ser, sin duda alguna, la prioridad para Venezuela.
«Para alcanzar esas metas, es absolutamente imprescindible que se generen las condiciones internas en cada país para permitir a los grupos de empleadores generar esa mayor cantidad de puestos de trabajo decente”.
Explicó que la realidad venezolana en los últimos años muestra miles de industrias, pequeñas y medianas empresas y comercios, que han tenido que cerrar sus puertas y el Gobierno, también, llevó a cabo una fuerte política de nacionalización de empresas, cuyo único resultado es un dramático deterioro.
«Venezuela no necesita que se sigan tomando empresas. Venezuela necesita que se tomen decisiones», sostuvo.