La noche del jueves, un funcionario de la Policía Municipal de Iribarren (PMI) que estaba de guardia, observó a dos internos fuera del calabozo, caminando por el pasillo.
Al intentar encerrarlos, fue cuando notó que 32 internos intentaban darse a la fuga.
Se conoció de manera extraoficial, que los barrotes de la celda fueron forzados por los mismos privados de libertad y fue por donde quisieron escapar.
Por la poca cantidad de funcionarios que estaban de guardia, se vieron obligados a pedir apoyo a otros cuerpos de seguridad como la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional Bolivarana (GNB), para poner en orden a los reos que intentaron huir.
La directora de la PMI, Marisol Vargas, aseguró que “la angustia (de los presos) es generada por el retardo procesal”, ya que varios de los privados de libertad tienen más de cinco meses en el recinto esperando por la audiencia.
Destacó que estas acciones son “para llamar la atención de la fiscalía”, de manera que se aceleren los procedimientos necesarios para la sentencia y aclaró que a todos los internos se les respetan los derechos humanos, pues cuentan con los servicios de luz, agua, horarios de visita y comida por parte de los familiares.
Actualmente en los calabozos de la PMI hay 42 detenidos, cuya capacidad es para ocho personas.
Vargas informó que los uniformados de la PNB y de la GNB reforzaron los barrotes de seguridad con el fin de prevenir futuros intentos de fuga.
Hablan los familiares
La madre de uno de los presos, quien no quiso identificarse por temor a represalias, dijo que a su hijo “lo maltratan, lo golpean y le dan tablazos en zonas donde no se puedan ver los moretones para que nadie se dé cuenta”.
A su vez manifestó que la comida que les llevan los familiares a los internos, “los mismos policías se la comen y no les dan nada a ellos”.
La mujer lamentó el motivo por el cual su hijo se encuentra privado de libertad: “Mi hijo robó, pero eso no quiere decir que le tengan que violar sus derechos humanos”.
Otro familiar de un interno que tiene siete meses esperando por la audiencia ante los tribunales, quien tampoco quiso dar su nombre, contradijo a la directora de la PMI, en cuanto a la falta de cumplimiento en los horarios de visita, comentando que solo los dejan ver cuando a la autoridad le parezca conveniente.
