Luego de caer desde el tercer piso de un edificio, y de perder sus dos patas delanteras, un perro aprendió a caminar con las dos que le quedaban para así continuar con su vida canina.
Amanda Giese, fundador y presidente de las patas sin fines de lucro de rescate de Panda hogar, junto con otros veterinarios acordaron que Londres (nombre del perro que se le dio luego de los Juegos Olímpicos debido a su perseverancia), debe tener sus patas delanteras amputadas y estar equipado con una silla de ruedas.
“Después de la cirugía el cachorro está ahora en un período de recuperación de dos semanas y posteriormente se iniciará la terapia de natación y la terapia de pelota para mejorar su fuerza y aliviar la tensión en su espalda”, indicó Giese.