Incautaron chuzos, cuchillos, teléfonos y cargadores en requisa de PNB

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Desde tempranas horas de la mañana de ayer los 140 privados de libertad que permanecen en dos calabozos del Centro de Coordinación Policial (CCP) de Pata e’ Palo, perteneciente a la Policía Nacional Bolivariana (PNB), formaron una revuelta, pues lograron derribar la pared interna de la celda número 2 que fue reconstruida la semana pasada.

El director del cuerpo policial, José Briceño, ordenó una requisa inmediata, en la que lograron incautar 10 teléfonos celulares, cargadores, 12 chuzos y dos cuchillos, por lo que además se inició una averiguación a los efectivos que estaban de guardia para el momento, ya que, a los internos no se les permiten tener dichas pertenencias.

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Cabe destacar que en el lugar hay dos celdas, ambas con capacidad para un máximo de 15 personas retenidas por 48 horas; sin embargo, el límite sobrepasó y ahora, incluso, hay detenidos en los pasillos, el baño y en el área donde está la cocina, es decir, un total hacinamiento.

Afuera del recinto se encontraban cientos de familiares molestos por la situación, pues según ellos, no les permitían el acceso de comida y agua, por lo que se mostraron preocupados por el estado de salud.

El acceso por la avenida libertador fue cerrado a la altura de Pata e’ Palo.

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No escaparon

En principio se rumoró que algunos de los reos se dieron a la fuga, pero fue falsa alarma, sólo tumbaron la pared a manera de protesta, posteriormente, tomaron el control interno del CCP, salieron de las celdas y estaban en las puertas internas, por donde lanzaban los pedazos de escombros contra los uniformados.

Algunos efectivos estaban sobre el techo a manera de protección por si hubiese habido un intento de fuga.

Los funcionarios policiales pidieron ayuda, incluso de la Brigada de Orden Público del Cuerpo de Policía del estado Lara, quienes tuvieron que intervenir para calmar la situación, lo cual se logró al mediodía.

La fiscal 13 con materia penitenciaria, Rosimar González, junto al fiscal auxiliar superior, Carlos Rodríguez, se hicieron presentes en el lugar para supervisar los procedimientos que se llevaban a cabo, con la finalidad de garantizar los derechos de los privados de libertad y también que no tuviesen en su poder lo prohibido.

Drogados y borrachos

Según los familiares de los presos, quienes resguardaron su identidad, los privados de libertad, “estaban drogados y borrachos porque los mismos policías les pasan todo, sino ¿cómo se explica que tienen todo eso ahí?”, se preguntó una de las damas que estaba invadida de ira porque no había podido visitar a su esposo.

“Los polipresos que están ahí sí tienen beneficios pero son delincuentes igual al resto, no es justa esta situación”; recalcó otra dama.

Pasada la 01:00 p.m., los funcionarios llegaron a un acuerdos con los parientes y como testigos los representantes del Ministerio Público, quienes se verificaron que les pasaran los alimentos y agua potable.

En la cola que hicieron los familiares, para entregar los productos, una señora de 62 años, notados por sus canas, aseguró que su hijo está preso por un supuesto robo desde diciembre del año pasado. “Duerme en el suelo sin colchoneta, le traigo crema dental y se la botan”.

Se conoció de manera extraoficial, que al final de la tarde iban a trasladar a algunos de los privados de libertad al Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana.

 

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