“Debo tener la tensión alta porque me duele la cabeza” o “cuidado, no te angusties que te va a subir la tensión”, son frases sumamente comunes en nuestro país diariamente. Pero, ¿cuánto sabemos realmente de la hipertensión arterial? ¿Por qué se habla tanto de ella y aún muchas personas no la tienen controlada?
El cardiólogo José Ramón Gómez Mancebo, profesor de la Cátedra de Cardiología de la Escuela de Medicina Luis Razetti de la UCV, asegura que aproximadamente la mitad de los hipertensos en nuestro país desconocen que sufren de hipertensión porque es una enfermedad casi por completo asintomática, silenciosa y la única manera de diagnosticarla es tomando la presión con un tensiómetro y demostrando que sus cifras son elevadas.
“No se puede seguir la presencia de señales, ya que se sabe que la enfermedad en general no las produce. No se puede tener, ni esperar que aparezcan palidez, enrojecimiento, calor en las orejas, sensación de dolor de cabeza y otras manifestaciones, porque no son fidedignas, son inespecíficas y en general no se relacionan con la presencia de hipertensión”, precisa Gómez Mancebo.
En Venezuela, según un estudio de prevalencia conocido como Carmela, por sus siglas en inglés (Cardiovascular Risk Factors Multiple Evaluation in Latin America) en el 2011, la hipertensión arterial está alrededor del 30%, es decir, que de cada tres personas, una es hipertensa. Esta investigación realizada en siete ciudades de Latinoamérica, en las cuales se incluyó Barquisimeto, encontró que en esta ciudad venezolana, la prevalencia de hipertensión es en promedio de 24,7%, siendo mayor en los hombres (27,5%) que en las mujeres (22,9%).
Los factores de riesgo relacionados con la patología están bien descritos: obesidad, sedentarismo, dieta cargada de alimentos que contienen sodio (cuya principal fuente es la sal común que se utiliza para cocinar y conservar los alimentos) y el tabaquismo.
Justamente, de estos factores de riesgo se pueden obtener las posibles medidas para evitar y prevenir la aparición de hipertensión: hacer ejercicio adecuadamente por lo menos 30 minutos diarios, ininterrumpidos, de tipo aeróbico (caminar a paso rápido, nadar, entre otros); comer alimentos con bajo contenido de sal, no ingerir alimentos preservados; no fumar y mantener o llevar el peso excesivo a un peso adecuado de acuerdo a la estatura.
El especialista explica que también es una enfermedad de múltiples causas simultáneas y una de éstas se relaciona con la herencia. “La presencia del antecedente de hipertensión en el padre y/o la madre, aumentan las posibilidades de que la persona se convierta en hipertenso a lo largo de su vida, cuando se compara con personas que no tienen este antecedente. Sin embargo, el hecho de que sea una enfermedad multifactorial, también permite controlar los factores de riesgo no hereditarios que la predisponen”, explica el galeno.
Mitos, realidades y tratamiento
El doctor alerta la importancia de chequeos periódicos ya que ser hipertenso, no saberlo y por lo tanto no tratarse, puede traer graves consecuencias. “La hipertensión arterial no controlada puede degenerar en enfermedad coronaria (responsable de los infartos miocárdicos). Además puede producir cardiopatía hipertensiva (cuando aumenta el grosor de las células musculares del corazón), aumento del volumen del corazón, complicaciones neurológicas (dadas por los accidentes cerebro vasculares) y daño en los riñones”, enumera.
