La hija del ex comisario Iván Simonovis, Ivana Simonovis, reiteró su petición al gobierno en el sentido de que permita el otorgamiento de una medida humanitaria para el preso político condenado por los sucesos de abril de 2002.
«Esta es la segunda vez que les escribo. No me da pena insistirles. El dolor puede más que la pena. Les juro que ya no puedo más. Ya me cansé de llorar. Estoy agotada. Quiero pedirles de nuevo un poco de clemencia. Ya mi papá, Iván Simonóvis, y todos nosotros, su familia, hemos sufrido demasiado», expresó la adolescente de 15 años a través de una carta pública que circuló este fin de semana.
«Sufrir cansa. Llorar cansa. Extrañar al padre de uno cansa. Siento que soy demasiado joven para estar tan cansada. Me parece injusto que la política me arruine la vida. Todos los días me asomo con susto en el espejo, porque siento que tengo canas en mi cabello. No las veo, pero las siento. Y tengo 15 años. Es muy rara esta sensación», agrega la misiva.
Esta nueva comunicación es la primera desde el que el Tribunal 1° de Ejecución del estado Aragua, el cual conoce el expediente de su padre, negara la petición de una medida humanitaria que solicitara la defensa varios meses antes. Ya antes de la decición la joven emitió su primera carta pública, que recibió como respuesta del entonces vicepresdiente Nicolás Maduro, un llamado al Poder Judicial a no permitir la «impunidad» en la que considera se incurriría con la liberación de Simonovis.
El ex comisario presenta un cuadro severo de osteoporosis que lo coloca al borde de sufrir una fractura en la columna vertebral que lo dejaría en la parálisis, condición que aseguran sus abogados habría sido causada por el encierro extremo de su reclusión en la sede del Sebin. Al contrario de una medida humanitaria, el tribunal ordenó su traslado al internado judicial de procesados militares, mejor conocida como la cárcel de Ramo Verde.
Frente a esta situación, Ivana Simonovis pidió una solución para su padre. «Mi papá no está nada bien. Su columna está demasiado frágil. Se puede romper sola, sin que nadie la toque. Sus huesos, dice el médico, tienen la edad de un anciano. Sus huesos ya pagaron el doble del tiempo de su condena. Su ánimo también. Y su familia. Sea justa o no su prisión, creo que ya todo es demasiado», manifestó.
«Ya todo se ha vuelto inhumano, cruel, excesivo. Señores del Estado Venezolano, una medida humanitaria como la que les pido sería un gesto noble, necesario, hermoso.
Un gesto importante en estos tiempos tan duros. Estoy tan agotada del odio de parte y parte. Creo que muchos estamos así. Un gesto de nobleza no les va a hacer perder nada de lo que tienen y, en cambio, los hará más humanos. Quiero volver a tener 15 años y un padre a quien abrazar», expresó la joven.
MAMG
