La barrida de los Guaros de Lara (6-2) a los Cocodrilos de Caracas (5-3), primera obtenida contra ese rival en el Domo Bolivariano de Barquisimeto desde la temporada 2005, sirvió al quinteto para trepar al liderato de manera provisional y enviar un mensaje al resto de la liga: tienen los recursos para pelear por la corona contra los principales contendores y trabajan para ello.
Más allá de las dos victorias por doble dígito (84-72 y 88-72) y el hecho de que en ambos cotejos los saurios, de rotación más corta, plantilla renovada y dependendientes de la importación para producir, parecieron quedarse sin gasolina en el último cuarto, fue el propio Guaros el que creció en la construcción del baloncesto que profesa Néstor “Ché” García.
Heissler Guillent comenzó a reencontrarse con sus porcentajes en la larga distancia y repartió 15 asistencias en dos juegos. Abrió espacios con la penetración y descarga para los lanzadores perimetrales y supo asociarse con los de la zona pintada en pick and roll o con pase extra para alimentarlos.
Gregory Echenique se contó entre los grandes beneficiados por eso. Produjo 30 puntos, 16 rebotes, un par de bloqueos y hasta robó dos pelotas a pesar de que su marca era un no menos espigado Kristoffer Lang, incómodo para el resto de los centros de la liga pero no tanto para la juventud y poder físico del mirandino.
Los números quizás no lo reflejen, pero Rafael Guevara fue una de las claves de la serie. En momentos en los que la ofensiva no fluye, parece tener las llaves para el ataque en transición y en situaciones de mitad de cancha, su drible y corte al canasto surten efecto.
El “Ché”, aunque sin un tercer importado, aprovechó que Walter Sharpe no tenía su mejor serie para fulminarlo. Luis Bethelmy a ratos, Windi Graterol otro tanto, ambos con capacidad para atacarlo desde el perímetro si les daban el espacio o más cerca del canasto al retar su capacidad de salto y amplios recursos. Venga del banco o no, Graterol es sinómino de productividad.
Es cierto que Carl Elliott encestó 55 puntos entre los dos choques -en 2014 fueron 59 en su visita al Domo- pero su producción aislada no puso en riesgo las victorias. Le faltó base criolla a Cocodrilos y de eso podía presumir Guaros.
Incluso la importación, de arranque irregular e incompleta para esta cita, fue un factor. Entre Kim English (17.5 puntos, 5.0 rebotes, siete triples) y Devin Green (9.5 puntos, 6.5 rebotes) hicieron su parte para rematar la faena, el primero como alternativa inequívoca en la ofensiva y el segundo con su versatilidad.
Nuevos retos se avecinan y Guaros tiene la oportunidad de dar otro par de zarpazos, primero en su visita a Trotamundos de Carabobo el sábado 7 y domingo 8 y la semana que viene en casa contra el campeón, Marinos de Anzoátegui.
