En algún momento de nuestras vidas, seguro hemos oído decir: “al ser humano lo conforman partes del reino animal, vegetal y mineral” y lo aceptamos simplemente como un hecho natural y seguimos con nuestras vidas sin prestarle atención. Pero reflexionemos un momento… podemos ciertamente entender como una parte de nuestro ser puede considerarse del reino animal, porque somos una especie independiente y territorial, que solía cazar, pescar y recolectar para conseguir su alimento de la naturaleza – característica que compartimos con los animales-. Quizás podamos también entender que por ser físicos o tener una cuerpo material, cuya estructura ósea posee calcio, fósforo y otros recursos presentes en la naturaleza, podamos ser considerados seres minerales y/o de composiciónquímica complicada…. pero… somos en parte plantas?
Todo ser vivo necesita diferentes fuentes de energía que cubran sus actividades básicas de subsistencia. En el caso de las plantas, sabemos que sus vidas dependen del agua, del aire y del sol para poder realizar sus actividades de sintetizar los nutrientes del suelo y crecer sus hojas verdes y tronco o tallo fuerte y saludable.
Ahora en el caso del ser humano, sabemos que su cuerpo es en promedio un 72 o 75% agua. Nuestra sangre, el liquido que fluye permitiendo nuestra existencia (la cual podemos comparar con la clorofila en las plantas), es principalmente agua y fluye a través de nuestro cuerpo distribuyendo nutrientes que tomamos de la tierra a través de los alimentos, del agua que consumimos y el aire que respiramos; produciendo anticuerpos que nos permiten crecer saludables y fuertes. Este control se mantiene gracias al envió permanente de señales “eléctricas” de nuestro sistema nervioso, las cuales serán siempre mucho mas efectivas, fuertes y vigorosas cuando son expuestas a la luz del sol.
El sol es una de nuestras principales fuentes de luz, calor y energía. Proveyendo a las plantas con energía para su fotosíntesis, lo que permite que las plantas a su vez sirvan de sustento al ser humano y los animales en general.
Ahora, si sostenemos un prisma hacia la luz del sol, veremos 7 líneas de color que aparecen cual arco iris, revelando de este modo la verdad inseparable entre luz y color. La luz contiene 7 energías de color: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta; los cuales están presentes en el arco iris, en una gota de lluvia o rocío e incluso en una mota de nieve. Pero si los seres humanos somos energizados y revitalizados por la energía solar, seremos también una expresión de esos colores?
Como la luz y los colores afectan las glándulas y las hormonas, ellas también influencian nuestros estados de animo y nuestras emociones.
Ha sido probado científicamente que ciertos colores pueden traer un estado de calma al cuerpo y la mente, mientras otros colores les estimulan. Entonces podemos decir, que los colores y la luz no son solo fuentes de energía sino también fuentes de cambio y transformación de nuestros movimientos, sentimientos y pensamientos.
Los órganos del cuerpo están agrupados por áreas que responden mejor a ciertos colores. Esas áreas comunes son centros energéticos que distribuyen ese tipo de vibración a los órganos agrupados allí́ para mantenernos saludables.
Ahora, “Chakra”significa rueda en Sánscrito, y es una palabra que ha sido usada por mas de 5,000 años en el mundo entero, para referirse a estos centros energéticos o agrupaciones de órganos por vibraciónlumínica o color como un modo de mantener la salud integralmente bien y un acercamiento al mundo espiritual.
Pero ¿está intrínsecamente conectado a la religión? ¡No!
Cuando hablamos de Chakras como camino hacia un acercamiento al mundo espiritual, o al desarrollo espiritual a través del mantenimiento del equilibrio energético de los mismos, para balancear nuestros estados de animo, emociones, pensamientos y sentimientos; nos referimos a que al mantener una salud global, seremos seres mucho más alegres, pacíficos, amorosos y que por ende seremos mejores personas hacia nosotros mismos y hacia otros; lo cual implica que hemos crecido espiritualmente. Y esto es tan individual, simple y básico como tomar responsabilidad de nuestro bienestar persona.
Hay 7 chakras principales en nuestro cuerpo que regulan nuestro
funcionamiento físico/emocional, y han sido llamados: raíz, abdomen, plexo solar, corazón, garganta, tercer ojo y corona.
Nuestros chakras han sido organizados en nuestro cuerpo siguiendo un patrón ascendente desde el más terrenal al más etéreo, pasando por las fuerzas de los 4 elementos de la naturaleza.
Cada uno de ellos esta conectado no solo a un grupo de órganos, sino también a ciertos sentimientos, pensamientos y modos de ser específicos.
Entonces podemos hablar de chakras refiriéndonos a los órganos agrupados en esa área, emociones, pensamientos, afirmaciones, colores, etc. Por ejemplo de este modo:
Chakra Raíz (Rojo): “Yo Soy”, relacionado a la expresión del ser, ambición, consistencia, deseos de seguridad y todos los aspectos de la supervivencia.
Chakra Abdominal (Naranja): “Yo Siento” concentrando su energía hacia los deseos sexuales, la voluntad, relaciones ínter personales, relaciones intimas, relación con la comida.
Plexo Solar (Amarillo): “Yo Hago” representando el poder interno, auto- estima, percepción de uno mismo, seguridad de uno mismo, confianza en uno mismo.
Chakra Corazón (Verde): “Yo Amo”, todas las percepciones sobre el amor, la compasión, y el centro en el que todos los pensamientos y sentimientos negativos son neutralizados, trayendo paz a nuestras vidas.
Garganta o comunicación (Azul): “Yo Hablo” El centro en el que las emociones consiguen su expresión, donde la reflexión toma lugar, donde el sonido cobra vida como medio de comunicación.
3er Ojo (Índigo): “Yo Veo”,intuición, visión, percepción extra sensorial, clarividencia, y reconocimiento del YO en el mundo.
Y finalmente, Chakra Corona (Violeta): “Yo Entiendo”, dejándonos fluir en los misterios de la vida y ensenándonos a confiar en el universo en el que vivimos.!
