Félix es ejemplo de constancia y trabajo

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La memoria de Félix Valoys Figueroa, quien cumple hoy 100 años de edad, está intacta. Recuerda cada etapa de su vida y hecho importante que marcó la historia de Venezuela, razón por la cual se siente afortunado.

«Para hablar de cien años, son necesarios cien años más» con estas palabras y risas recibió en su hogar, ubicado en la calle 26 entre carreras 52 y 53, al equipo de EL IMPULSO.

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Desde el sofá de su taller, narró parte de su transitar, desde el momento que salió de su lugar de origen, La Puerta en Bobare, parroquia Agüedo Felipe Alvarado cuando apenas tenía 13 años. Arribó a Barquisimeto y lo hizo en compañía de sus tres hermanos mayores con el fin de buscar el sustento para sus padres que no gozaban de comodidades, así que desde su primeros pasos tuvo que aprender varios oficios para obtener ingresos.

Por más de 30 años, se dedicó a la albañilería y la construcción. Su talento le permitió ser el maestro de obra en varios urbanismos de la tierra crepuscular, Valencia, Maracaibo y Caracas, cuando según él esta última era denominada «la sucursal del cielo». En tono jocoso dijo que desempeñó labores de carpintero, ingeniero, herrero, panadero y cualquier otra que no conociera, porque en Barquisimeto pocos conocían estas áreas.

Esto, sin duda alguna le permitió aprender e ingeniárselas para sobrevivir, de igual forma mantener su esposa Melania Mogollón, dama con la que contrajo matrimonio en 1937 y tuvo 10 hijos, de los cuales sólo 7 tienen la dicha de disfrutar de sus ocurrencias, anécdotas y por supuesto su presencia en casa.

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Para don Félix, la familia es lo primero. Con satisfacción comenta que ha visto crecer a cuatro generaciones, particularidad que lo llena de alegría constantemente, por eso en sus ratos libres se dedica a ordenar las fotografías de sus parientes, luego las enmarcar para preservar las imágenes. Algunos de sus veintisiete nietos, treinta y siete bisnietos y siete tataranietos forman parte de su preciada colección que siempre es motivo de encuentros.

Esfuerzo y superación

Las personas que conviven con Felix Figueroa, se impresionan al ver las habilidades que aún conserva, a pesar de sus “achaques” y su largo transitar.

Todos los días se levanta con ell mismo ánimo de ser mejor persona, aportarle sus concomimientos a la sociedad con sus creaciones, como escaleras, cajones, colmenas modernas que fábrica poco a poco. “Yo nunca pisé una escuela, pero siempre quise salir adelante. Yo no trabajo para vivir, nací para trabajar y moriré trabajando”.

A muchos le impresiona la manera como se ha aferrado a este mundo, pero ese es su sello personal. Su empeño, constancia y amor motiva a sus vecinos, amistades y conocidos, sobre todo a los jóvenes que siempre le preguntan cuál es la fórmula para mantenerse sano, y aún sin saberlo constesta “disfrutando”.

Admite que celebrar un año más es un privilegio de Dios, una gran fortuna, sin embargo no quiere celebraciones, por los temores y peligros que hay en la calle. El único regalo que pide es es salud para disfrutar de los suyos.

 

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