Cuando el Consejo Nacional Electoral, a través de su presidenta, Tibisay Lucena, manifestó que no atendería la solicitud de Henrique Capriles Radonski porque era imposible aprobarla “en los términos planteados, ya que no están previstos en el ordenamiento jurídico”, es probable que no haya pensado que ya el Comando Simón Bolívar estaba preparando una respuesta muy contundente: la presentación de pruebas de las irregularidades.
Ya el lunes 15 de abril, el candidato presidencial de la Unidad Democrática había revelado las cifras más impactantes de los hechos observados durante el proceso comicial, especialmente en relación con las máquinas dañadas, la existencia de muchos más votos por Maduro que los obtenidos por Hugo Chávez el 7 de octubre en varios centros de votación, la expulsión de testigos de la Unidad por parte del Plan República, la presencia de motorizados que trataron en todo momento de intimidar a los votantes que claramente no comulgan con el oficialismo y el funcionamiento de puestos del Partido Socialista Unido de Venezuela a pocos metros de los centros.
Capriles y en general del Comando Simón Bolívar insistieron en la necesidad de hacer la auditoría en base a todos los elementos que podrían comprobar las situaciones irregulares denunciadas.
Sin embargo, Lucena dijo que la revisión ampliada al 46 por ciento de las mesas se haría, durante treinta días, para comprobar la coincidencia del comprobante del voto con los datos de las actas elaboradas por los miembros de las mesas.
Si se hace la auditoría completa como fue exigida y no “chucuta” como lo previó el CNE, se sabrá la verdad, sostiene el doctor José Gregorio Zaá, especialista en materia electoral, quien insiste en que las irregularidades están comprobadas por hechos, porque evidentemente el proceso estuvo plagado de vicios.
535 máquinas dañadas
Si estamos en presencia del sistema moderno, perfecto y más el costo del mundo, debiera dar la talla en el momento en que se verifique el evento comicial, expuso. Ese inconveniente con las máquinas trajo como consecuencia que se hiciera más lento el proceso.
La gente tuvo que esperar en algunos sitios hasta siete horas para poder votar. Experiencias concretas las tuvimos en la escuela Vicente Salias, el grupo escolar María Pereira de Daza, el jardín de infancia de igual nombre, el grupo escolar Pablo Acosta Ortiz, el Juan Tamayo Rodríguez, Pedro Rafael Chacón, Unidad Educativa La Carucieña, entre otros planteles. Eso incidió, en todo el país, en el universo de 189.982 electores.
Maduro sobre Chávez
No puede ser posible que Nicolás Maduro, sin ser un líder, se haya impuesto en 1.176 centros sobre Hugo Chávez.
Si hacemos una comparación con los resultados del 7 de octubre, Maduro obtuvo 943 por ciento más votos que el fallecido en la escuela Río Chiquito, de El Cuayabo, municipio Veroes del estado Yaracuy, 530 por ciento más votos en la unidad educativa Olina Li, en La Azulita, municipio Andrés Bello, de Mérida, y 493 por ciento más votos en Guayacán del Norte, en el municipio Tubores, de Nueva Esparta.
En esos centros hay que meterle lupa para ver cómo se produce la diferencia y eso implica un análisis exhaustivo de cada uno de los cuadernos de votación, porque en la práctica hay que reconocerlo -y nadie lo pone en duda- que Chávez tuvo un liderazgo y no es posible que Maduro en 30 días lo haya superado.
Voto asistido
En 564 centros, que en suma tenían 1.479.774 electores, hubo voto asistido. Al respecto, no se tomó en cuenta lo establecido en el reglamento general de la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Según esa disposición, una persona podía cumplir las funciones de acompañante solamente una vez.
Se tiene conocimiento de que hubo acompañamiento a electores beneficiarios de alguna ayuda del gobierno o actividad del Ejecutivo Nacional. Ese acompañante iba a chequear, con total desparpajo, por cuál opción iba a votar ese elector.
Tan importante es eso que Ciudadanía Activa, unos días antes del 14 de abril, realizó una campaña pedagógica de formación electoral, haciendo referencia al voto asistido, para que el elector no tuviese la oportunidad de estar acompañado al menos que tuviera impedimentos para votar.
Proselitismo político
Desde las 4 de la mañana estaba el propio ex gobernador Luis Reyes Reyes con su equipo de gobierno, que hace vida en Corpolara, en las inmediaciones del grupo escolar Simón Bolívar, en Los Cerrajones, con un punto rojo. Allí hacían sonar música y los funcionarios tenían listas, forzando a los militantes del oficialismo a votar por la opción de Nicolás Maduro.
Eso se vio también en Pedro Rafael Chacón, Dima Acosta Álvarez, para mencionar solo unas. Los puntos rojos estaban a cinco metros del centro de votación. Se denunciaron, pero la policía nacional, ni la Guardia Nacional ni mucho menos las milicias actuaron. No hubo manera de que pudiera acatarse la no presencia, a menos de doscientos metros, de esos puntos. Eso trajo como consecuencia, coacción respecto a los electores.
Testigos retirados
Así como la coacción, a Enrique Carrasquero, director del CNE en Lara, se le denunció que los mayores de la aviación Miguel Torrealba y Frank Sandoval, en la Unidad Educativa La Caruceña y en la Pedro Camejo de Pueblo Nuevo, respectivamente, impedían el paso de electores y de nuestros testigos a los centros de votación.
Estos casos fueron denunciados por el coordinador de la Mesa de la Unidad al director del CNE en el estado, Enrique Carrasquero; pero, éste no tomó en cuenta esa situación.
Pero, en otros centros también se impidió la presencia de los testigos de la Unidad, no sólo en barriadas, sino en la propia ciudad.
Incluso, el coordinador Mavares, a raíz de sus protestas por lo que ocurría, fue amenazado de ser detenido y lo detuvieron la medianoche del domingo.
Las captahuellas son un fraude
¿Es posible que las máquinas de votación sean las más perfectas del mundo e impidan un fraude? La pregunta es formulada por nuestro equipo reporteril a Alfredo Weil, directivo de Esdata.
-Todo sistema informático -incluyendo la KGB, CIA- es vulnerable. La gran guerra que se plantea para este siglo es informática entre China y Estados Unidos. Pensar que un sistema, como el del CNE sea el único del mundo invulnerable, es por lo menos pretensioso.
-¿Por qué cree que pudo haber fraude en las elecciones venezolanas?
-Al hablar de fraude, yo lo digo en términos jurídicos penales. Un fraude es una estafa: valerse de medios capaces de inducir a una persona en error para procurarse un beneficio ante el juicio ajeno. La captahuella es un fraude porque el CNE dice que es la forma de garantizar “un elector, un voto”. Eso no es así, es mentira. Lo que hace esa máquina es intimidar a mucha gente. La intimidación hace que el voto no sea libre. Y de no ser libre, la elección ya no es justa.
Eso no tiene nada que ver con que el voto es o no secreto, sino que la gente lo perciba secreto.
Se hizo una encuesta que determinó que en el pasado -y no quiero pensar en el presente-, más del 60 por ciento de la gente cree que su voto no es secreto. Eso es gracias a la captahuella, el paquete chileno del CNE, porque te dice que es para una cosa y en realidad es para otra. En la parte electrónica, el delito es diferente. Se llama delito informático, el cual tiene que ser probado con expertos.
-¿En qué se basa su afirmación de que ganó las elecciones Capriles y no Maduro?
-Yo afirmo lo del 52-48 y no lo hago ni por una cosa ni por otra. Sino que usted tiene un centro de votación donde hay 5 mil electores y lo distribuye en diez mesas, de acuerdo al último número de la cédula de identidad, le quedan 500 más o menos entre las mesas. ¿Qué es lo que dice el CNE? Que abran la mitad de las cajas, porque esa es una muestra representativa. Esa es una barbaridad. ¿Por qué no se abren todas las cajas? Lleva el mismo tiempo de paso y todo el mundo está conforme.
Lo que nosotros analizamos es que hay centros donde no se cumple lo siguiente: Uno debe esperar que cualquiera de ellas representa la totalidad del centro, pero cuando uno ve que hay centros de votación -y existen más de 1.500 centros de votación de esos – donde se abre la mesa 1 y el resultado es uno, luego abre la mesa 3 y el resultado es totalmente distinto, entonces se piensa “aquí hay un truco”. ¿Cuál es el truco? A lo mejor alteraron el registro o no sé cuál pudo ser. Si uno excluye esos trucos, cuyas probabilidades son nulas de que ocurra si el sistema es limpio, es cuando gana Capriles 52-48. Esos trucos no es que afecten una vez a Capriles y otra a Maduro, sino siempre a Capriles. Y por eso nuestra afirmación es de matemática estadística. No es que yo vi que pusieron a un tipo a hacer trampas. Ya la coacción, los votos asistidos, la violencia, todo eso está documentado por otra gente. En eso no nos metemos. No cabe duda de que en probabilidades estadísticas el resultado, redondeando, fue de 52-48, aunque fue de 51,9 a 47, punto tanto porque hay otros que tienen 0,3 votos.
Incidencias
La profesora Gladys Suárez, integrante de la Mesa de la Unidad Democrática en el estado Lara, dijo que en nuestra entidad quedaron registradas 351 incidencias discriminadas de la forma siguiente:
Municipio Crespo, 1.
Iribarren, 233.
Jiménez, 36.
Morán, 5.
Palavecino, 32.
Torres, 5.
Urdaneta, 6.
Andrés Eloy Blanco, 14.
Simón Planas, 20.
Dentro del muestrario figuran casos en Barquisimeto como los siguientes:
En la Escuela Nacional Bararida, el Plan República y el CNE extralimitaron sus funciones al permitir que se incorporaran más testigos del oficialismo.
En el jardín de infancia María Pereira de Daza, una máquina de votación y una captahuella permanecieron bloqueadas.
En la escuela Carmen Fernández de Leoni, el operador de la máquina la activaba antes de que el elector estuviera frente a la misma. En el mismo plantel hubo manipulación de la máquina de votación por efectivos del Plan República y negativa al acceso de personas para presenciar la verificación ciudadana.
En la unidad educativa Manuela Mercedes Duin, José Alí Herrera Vivas, difunto desde el año 94, apareció activo para votar y como miembro de mesa con credenciales hechas como presidente de mesa.
En la unidad educativa Tomás Rafael Giménez, un operador de máquina teniendo clave de apertura y cierre, manifestó que se le perdió la clave.
Verificación
Se denunció que una vez cerrado el proceso electoral, grupos de fascinerosos, vándalos, que actuaron como los más peligrosos malandros, llegaran en motos y carros del gobierno, visiblemente armados, a los centros de votación para amedrentar -haciendo disparos al aire-, con el propósito de espantar a los electores que estaban ansiosos de presenciar la verificación ciudadana.
Asimismo, no es verdad, como dijo Tibisay Lucena, que se haya auditado de manera efectiva el 54 por ciento de las mesas. En este caso fue el 52,98 por ciento, lo que trajo como consecuencia que se auditaran 26.700 mesas en todo el país. Se impidió, de manera aviesa, clara y precisa, como política del gobierno, la presencia de ciudadanos en muchísimas mesas durante la auditoría. Eso se pudo comprobar en gran cantidad de planteles.
