Con la falta de divisas para el sector comercio, son pocas las posibilidades de ofrecer nuevas mercancías o variedad; hasta los cosméticos están escasos y, en este sentido, las mujeres emprenden un recorrido de hasta cinco establecimientos por día, en la búsqueda del polvo compacto, bases, sombras, entre otros.
Lo que más lamentan es la poca variedad de los productos; el tratamiento de la piel es delicado y aplicar marcas desconocidas al rostro, sin duda, puede traer consecuencias graves. Si por suerte consigue la marca de su preferencia, los precios está por encima del costo real.
Sobreprecios hasta de 250% afectan el bolsillo de las mujeres, sin obviar lo que deben hacer para tratar de conseguir el resto de productos de aseo personal. El champú y desodorante, siguen igual de desaparecidos.
Leche no hay… papel tampoco
Mientras tanto, en el sector de alimentos el tema de la escasez continúa haciendo estragos. Entre los productos que más hacen falta en casa, está la leche en polvo y el aceite de maíz. Ninguno de los dos se consigue, al menos, a precio regulado. Los buhoneros, por ejemplo, ofrecen el kilo de leche en 250 bolívares.
Mientras que el aceite, sin importar de cuál marca se trate, oscila entre los 80 y 120 bolívares. Las familias, por su parte, para escapar de la especulación tienen que someterse a las largas colas que se forman en las afueras de Mercal y Pdval.
No obstante, son pocos los afortunados y es que no alcanzan las toneladas de comidas para la gran demanda de ciudadanos. Por otro lado, hay problemas aún para conseguir el papel higiénico, a pesar que aumentó de precio hace poco.
El paquete de cuatro rollos, ahora tiene un costo de 24 bolívares, pero no están en los principales establecimientos. Si hay, apenas venden tres empaques por persona.
Repuestos desaparecidos
Preocupación es la que sienten los conductores de nuestra ciudad, debido a la falta de repuestos en el sector automotriz. La reparación del vehículo dependerá si el repuesto está escaso o no.
Tampoco cuentan con divisas y, de hecho, algunas personas con mayores posibilidades económicas, mandan a comprar sus repuestos a países extranjeros como consecuencia de la crisis que enfrenta Venezuela.
Ni siquiera existe facilidad para conseguir el aceite de motor, y las colas para las baterías persisten.
