Escasez de alimentos frustra al venezolano

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Pasar la noche, a las afueras de un Mercal o Pdval, para estar entre los primeros clientes al día siguiente y así asegurar la comida del hogar, sucede todos los días en Barquisimeto y municipios foráneos. Basta recorrer los principales establecimientos de la red alimenticia del Gobierno para comprobar la desesperación de los larenses por conseguir los productos de primera necesidad y, justamente entre los mayores sacrificios, está dormir fuera de casa para formarse en colas.

Mercal y Pdval si bien fueron creados por el Estado para la atención alimentaria de los sectores más desposeídos de la población, el sentir de los usuarios es otro; actualmente presenta serias deficiencias que, incluso, denunció el presidente Nicolás Maduro, en días recientes: “mafias de Mercal desvían los alimentos del pueblo”.

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Si va a comprar en cualquiera de las sucursales de Mercal y Pdval, lo primero que debe recordar es su terminal de número de cédula de identidad; de esa forma llevan el control diario de quienes pueden comprar los alimentos.

Es decir, aunque tenga dinero no podrá llevar consigo la harina de maíz, aceite, leche en polvo, entre otros productos que escasean en el mercado nacional, sino cuenta con el terminal asignado para determinado día de la semana.

Asimismo, es importante resaltar que desde hace un mes aproximadamente esta modalidad de control se está formalizando con la entrega de las tarjetas de abastecimiento.

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Wendy Bravo, coordinadora regional de Mercal, explicó en el lanzamiento de la tarjeta inteligente que ese dispositivo servirá para evitar acaparamientos.

Mercal ofrece productos regulados, pero no todos están en los anaqueles. En los últimos meses del año 2013 y en lo que va de 2014, han sido muchas las protestas frente a la sucursal de Patarata, en el este de Barquisimeto, a causa de la falta de productos.

“Nos organizamos en la cola desde la madrugada, pero cuando nos toca comprar resulta que se han acabado los productos; nunca tienen pollo ni carne y tampoco realizan operativos en las comunidades”, denunció Marina Andrade, vecina de la Ruezga Norte, parroquia Catedral.
La indignación de los consumidores se torna peor, cada vez que en lugar de ampliar la producción nacional, traen productos de otros países de Sudamérica. “Nos ofrecen productos muy raros (marcas desconocidas) que a mis niños no les cae bien”, denunció otra de las usuarias.

Lorenzo Tovar, expresidente de CASA durante el gobierno del expresidente Rafael Caldera, especialista en materia alimentaria, expresa que el Gobierno nacional se atribuye la creación de Mercal, “cuando en realidad fue una iniciativa nuestra, sólo que se llamaban centros de abastecimiento solidario”. 

Además señaló una diferencia importante, “los agentes que participaban del programa era la comunidad, encargada de velar por los precios; el sector privado a cargo de la producción y; finalmente el Estado”.

Critica que la política alimentaria del país no apunte al mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos: “la política alimentaria es un rotundo fracaso”. Se refirió con preocupación acerca de las condiciones que ponen a los usuarios para llevar productos regulados necesarios para la dieta balanceada.

“Puede llevar una harina, si compra otro producto que no esté subsidiado”, citó como ejemplo. Eso constituye un acto ilícito, dijo, exhortando al Estado a darle cabida a la producción nacional.

Aunque reconoció que todavía existe continuidad en algunos productos CASA, debería existir variedad en los artículos que ofrecen a la población. La gente lleva lo que consigue, apuntó, desconociendo si realmente se cumple con una dieta balanceada en los niños, adultos y ancianos.

La Organización Mundial de la Salud aclara que la obesidad infantil, por ejemplo, no obedece a la gran cantidad de comida que se lleva a la boca, sino a los “nutrientes desordenados” que no son respetado dentro de la dieta. “Los niños comen pasta con caraotas todos los días, porque no tienen otros alimentos necesarios para su sana alimentación; tampoco contamos con un sueldo alto para comprar productos que no sean regulados”, expresó Ana Herrera, usuaria de Mercal.

Apoyar al sector productivo del país, es la primera recomendación que hace Tovar. Con garantías de la producción, expresó, haciendo referencia a las expropiaciones y/o tomas ilegales de tierras, centros de acopio, de procesadoras de alimentos, entre otros casos. 

Indica que mientras exista una buena actividad productiva, donde sea posible la competencia, los precios de los productos bajarán considerablemente.

“Si el Estado pretende asumir toda la carga, producir cuando no cuenta ni con las políticas ni solvencia económica suficiente, será difícil crear competencias en el mercado.

Para muestra un botón ¿cómo funcionan las empresas expropiadas por el Gobierno nacional? Ahí está el caso de las azucareras, de otras procesadoras de alimentos que, en lugar de recibir apoyo, les arrebataron sus instalaciones y capital, generando desempleo y más pobreza”, señaló.

De las casas de alimentación, activadas en las comunidades, existen también grandes críticas porque no hay financiamiento suficiente para variar el menú y tampoco para llegar hasta otros sectores marginados de la población venezolana, a pesar de las múltiples necesidades.

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