Ender Luzardo, presidente del Deportivo Lara, fijó posición en torno a los lamentables hechos de violencia registrados en el estadio José Antonio Páez de Araure, durante la visita al Portuguesa FC, iniciados con un intercambio de piedras y botellas, además de otros objetos contundentes, al término del primer tiempo, y que derivaron en la muerte del joven Robert Vidoza, seguidor del elenco crepuscular, en las afueras del estadium.
“Primero que nada, lamentamos la muerte de este joven, la muerte de un venezolano, pero por encima de todas las cosas, la muerte de un seguidor de nuestro equipo. Ganamos 4-0, seguimos subiendo en la tabla, pero es una victoria gris, no tenemos nada qué festejar”, señaló Luzardo al iniciar la rueda de prensa en la sede del club, en la que se hizo acompañar por integrantes de la junta directiva.
“Esto no puede pasar en el fútbol, se trata de un juego, no de una guerra… vamos a trabajar desde ya con la recién creada asociación de clubes, de la que soy vicepresidente, para tomar medidas que eviten otros episodios lamentables como el que sucedió el domingo”, agregó.
Indicó que no viajó a presenciar el encuentro porque estaba advertido de que habría situaciones de violencia. “Me recomendaron no ir. Había rumores desde hace días de que la barra de ellos (Portuguesa) iba a cargar contra quien fuera, porque hay molestia debido a los resultados de ese equipo. Querían descargar su frustración, incluso tenían en la mira a su técnico (Lenín Bastidas) y, bueno, pasó lo que pasó”. Todo lo siguió por televisión y en contacto vía telefónica con los directivos que estaba en el lugar.
A su juicio, aunque no es su papel establecer responsabilidades, hubo fallas en el dispositivo de seguridad implementado por el conjunto anfitrión. Sin embargo, su mayor molestia es con la terna arbitral y el delegado de la FVF que regía los destinos del encuentro. Ellos tenían la potestad de suspender el encuentro y continuarlo luego, visto el estallido de los fanáticos y la situación incontrolable del mediotiempo, pero llamaron a ambos equipos a la cancha y obligaron a la disputa del segundo tiempo.
“Pienso que el partido debía suspenderse. Era una situación delicada y podía completarse el juego después… lo importante ahí no era el resultado, sino que no pasara nada grave. Lamentablemente se perdió una vida y para nosotros era más importante esa vida, que los tres puntos. Por eso llamamos al presidente de la FVF (Esquivel) y pedimos suspender, pero el árbitro no quiso detener el juego”.
Aclaró que “no tuvimos nada qué ver”, al tiempo que señaló “me siento triste, pero para nada culpable”.
El dirigente adelantó que este martes viaja a Caracas para reunirse con los demás dueños y presidentes de equipos, con la intención de presentarles una primera propuesta que permita bajar los índices de violencia en los estadios.
“Para mí, las barras solo deben estar en los juegos de local. Mi propuesta es que las barras visitantes no vayan a otros estadios y así le vamos a recomendar a la nuestra, que no vaya ni a Maracaibo ni al estadio Anzoátegui”.
Advirtió que para el próximo partido en casa, el 23 del mes en curso, frente al Deportivo Táchira, no se permitirá la entrada de los aficionados del carrusel aurinegro, al tiempo que se desplegará un dispositivo de seguridad para garantizar la tranquilidad de los asistentes al Metropolitano de Cabudare.
