Quienes pensaron que un día como el Viernes Santo, cuando la mayoría de las personas, o están disfrutando en playas, el campo, están rezando, o en otras ciudades, no se preocuparían por hacer colas en cualquier establecimiento comercial para adquirir algunos de los artículos desaparecidos, se equivocaron.
Era lógico pensar que ayer, supermercados, abastos, Mercal, PDVAL y otros negocios de atención al público estarían cerrados y que, en aquellos que abrirían no se encontraría jabón de lavar, de baño, shampoo, crema dental, toallas sanitarias para damas, pañales desechables, pero se equivocaron porque la conocida cadena nacional de farmacias abrieron sus puertas muy temprano en Barquisimeto.
Primero llegó una familia que, accidentalmente, pasaba por el distribuidor Tarabana y se percató de que la tienda allí ubicada estaba abierta y por aquello de, “vamos a ver que encontramos”, se detuvieron e ingresaron.
La sorpresa fue mayúscula al hallar jabón de lavar, de baño, shampoo y toallas sanitarias, artículos que compraron sin muchos problemas pues, como han reiterado directivos de esa empresa, no están interesados en negar ningún artículo al público que lo necesita.
En pocos minutos se corrió la voz, el estacionamiento se colmó de vehículos y la cola de personas, que era inevitable por la necesidad de mantener el orden, se hizo extensa.
De la tienda se veía salir a mujeres y hombres sonrientes, con sus bolsas plásticas transparentes en las que se divisaban los artículos adquiridos.
Lo mismo ocurrió en la tienda de la misma cadena ubicada en el centro comercial Las Trinitarias.
“Yo estaba en el centro comercial y vi que estaban vendiendo jabón, me metí y compré con tranquilidad”, dijo una señora mientras caminaba hacia la salida con su bolsa con jabón de lavar y shampoo”, explicó.
¿Y cuanto duró en la cola?
!Nada¡, no hice ninguna cola porque no había; la cola se acaba de hacer, afirmó.
En efecto, la fila de mujeres y hombres, muy ordenada, se mantenía a las diez de la mañana en las afueras del centro comercial, mientras en su interior otro grupo de personas esperaba para ingresar al establecimiento.
Algunos pensaron que lo mismo estaría pasando en la tienda de la avenida Libertador, al lado de la iglesia Coromoto, pero como no había llegado ninguno de los artículos desaparecidos no existía aglomeración de personas.
Eso sí ocurría en la de la carrera 19 con calle 31 y en la avenida Lara, donde, conforme transcurría el tiempo la fila se hacía más extensa.
“Ahora falta que cuando lleguemos allá no encontremos nada de lo que buscamos. Ya me ha pasado”, decía una mujer en la 19.
“No es posible que ni el Viernes Santo los venezolanos nos podemos salvar de estas colas que nadie quiere y que el gobierno no quiere acabarlas”, afirmaba un hombre con rostro trasnochado.
Y si eso ocurrió ayer, no se descarta que este sábado las aglomeraciones de compradores retornen a otros establecimientos.
