¿Qué están vendiendo aquí?
No sé, yo estoy haciendo la cola a ver que consigo, si leche, café, margarina, mayonesa, papel, cualquier cosa.
Diálogos como ese pueden escucharse a diario en las colas que se forman frente a los establecimientos comerciales, oficiales o privados, por parte de mujeres y hombres en busca de artículos de la cesta básica.
Y este lunes, como todo inicio de semana, la situación no fue muy diferente pues las colas se podían observar desde muy temprano.
En el Mercal ubicado en la Brigada de Infantería, mujeres y hombres esperaban pegados a la reja el momento de ingresar al expendio donde confiaban encontrar papel toalet, harina precocida o jabón.
En el supermercado de la avenida Libertador, la cola era menor que otros días y se veía salir a las personas con 2 kilos de arroz, un paquete de pañales, leche y jabón.
Más adelante, en la misma avenida, en Patarata, la cola se había formado ante la noticia de que estaban vendiendo mayonesa, de a dos frascos por persona.
“Ah mundo, tenía días sin mayonesa y sin andar buscándola la encontré aquí”, manifestaba una señora que pasaba por la avenida y se detuvo al ver a algunas personas salir del automercado con el producto.
En ese negocio la atracción era la mayonesa.
En el Mercal de la Libertador la cola era menor, indicativo de que no había ninguno de los productos regulados y en de Bararida los compradores estaban ausentes.
“Es que volvieron con el sistema de los números de la cédula y los lunes como que hay menos gente”, dijo un hombre que salía sin nada del establecimiento.
En el centro comercial El Recreo sí había congestionamiento de personas y de acuerdo a algunas, comenzó desde la madrugada, pese a estar cerca de un sector considerado riesgoso.
Allí estaban vendiendo papel toalet, azúcar, arroz y leche en polvo y no se observaba ninguna autoridad, al menos en el exterior.
El Bicentenario del centro comercial Babilón sí registraba cola de personas, aunque reducida en relación a las que se observaron durante el fin de semana cuando, incluso, hubo intentos de alteración del orden público.
Un solitario guardia nacional se encargaba de reglamentar el ingreso de los compradores hasta el estacionamiento, de donde pasarían al automercado donde estaban vendiendo leche, café, arroz y otros productos de la cesta básica.
En síntesis, el de ayer fue otro inicio de semana traumático para los y las jefes de familias quienes deben turnarse para conseguir los artículos alimenticios necesarios luego de largas colas.
Y como dijo una señora, ahora Venezuela pasó a llamarse Venecolas.