El papa previno el martes desde Ecuador sobre la tentación de los «liderazgos únicos» y lanzó un llamado a no ignorar a la «madre Tierra» al invocar su encíclica verde en la gira por Sudamérica, una región afectada por el cambio climático.
Después de la misa de este martes, Francisco se reunió con maestros y alumnos jesuitas, ante de quienes invocó por primera vez su celebrada encíclica verde, publicada el 18 junio, en la que advierte sobre la amenaza del calentamiento global a causa del modelo consumista.
«Hay algo que es claro, no podemos seguir dándole la espalda a nuestra realidad, a nuestros hermanos, nuestra madre Tierra», afirmó el papa, en el penúltimo día de su visita a Ecuador.
Francisco aludió al daño ambiental y consideró que «no es lícito ignorar lo que está sucediendo a nuestro alrededor como si determinadas situaciones no existiesen o no tuvieran nada que ver con nuestra realidad».
«Ya no es una mera recomendación, sino como una exigencia que nace por el daño que le provocamos como causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en la Tierra», afirmó.
En la gira que lo trajo de regreso a su cuna sudamericana tras el viaje a Brasil en 2013, Francisco visita países que contaminan relativamente poco pero que sufren los efectos del calentamiento global, como el descongelamiento de los glaciares tropicales andinos en Ecuador y Bolivia.
Durante su intervención ante varios miles de invitados, Francisco se interrogó: «Esta Tierra la hemos recibido como herencia, como un don, como un regalo. Qué bien nos hará preguntarnos: ¿Cómo la queremos dejar?».
El miércoles Francisco cerrará su viaje con visitas a un asilo y al santuario de la Virgen de El Quinche, en las afueras de Quito. Hacia el mediodía partirá a Bolivia.