En el sector La Cañada de Santa Rosa, parroquia Santa Rosa, los botes de aguas blancas son el problema más frecuente con el que deben lidiar los vecinos.
Miles de litros se despilfarran a diario en la zona, producto de la rotura de las tuberías que ya cumplieron su vida útil.
Vecinos señalan que la situación únicamente puede ser controlada por Hidrolara, pero siempre tardan en dar respuestas. Se pudo conocer que aún esperan que la cuadrilla regrese a reparar la fuga de dramáticas dimensiones, registrada desde hace dos meses en la calle principal de la comunidad, la cual ha ocasionando molestias, así como también severos daños en la vialidad.
La señora Aura Escobar, dijo que la avería inició a mediados de enero. Al principio pensaron que el medidor de una casa cercana había colapsado, luego un grupo de vecinos detectó que se trataba del tubo matriz, por lo que hicieron de inmediato el reporte a la Hidrológica del estado Lara.
Los trabajadores acudieron al lugar y no pudieron hacer nada porque necesitaban un equipo especializado, que días antes les habían robado. Se comprometieron en regresar y más nunca volvieron.
Ante la impotencia de ver como se pierde el preciado recurso, los habitantes llaman constantemente a la empresa para denunciar la irregularidad, sin embargo, sólo reciben son excusas.
La dama dijo que en total son treinta y dos reportes los que han hecho en todo este tiempo.
“Da lástima que esto ocurra, cuando en zonas del oeste y el norte no disfrutan del suministro” señaló angustiada Escobar.
Quieren respuestas
El agua apta para el consumo humano recorre más de cinco cuadras, el único momento en el que se detiene el bote es cuando Hidrolara suspende el servicio los lunes, miércoles y viernes. El resto de la semana el inconveniente continúa.
José Oviedo, calcula que el líquido llega hasta el Río Turbio, sobre todo en las noches cuando el flujo es mayor.
A él como a otros residentes, también les preocupa que las calles de cemento sufran desgaste al estar en contacto permanente con el líquido.
Señala que algunos tramos ya se encuentran resbaladizos, lo que representa un peligro para los habitantes. Cuenta que hace poco una señora que cruzaba la calle, perdió el equilibrio y se cayó. Por fortuna sólo fue un susto.
A propósito, la comunidad exige soluciones a Hidrolara. En caso de que no sean atendidas, pedirán audiencia con el gobernador Henri Falcón.
