El lanzador zurdo venezolano Eduardo Rodríguez demostró que, pese a su juventud (22 años de edad), tiene madera para dar de qué hablar a tiempo completo en las Grandes Ligas, tras haberse repuesto de una mala salida previa con una victoria frente a los Reales de Kansas City la noche del viernes, 7-3, en duelo de venezolanos contra Yohan Pino, en el estadio Kauffman.
Era el enfrentamiento 77 de por vida entre serpentineros criollos en el béisbol de las Grandes Ligas y uno inesperado, ya que Pino había sido subido por la lesión de Jordano Ventura para hacer una apertura de emergencia y volver a triple A y Rodríguez venía de su primer “mal juego”, contra los Azulejos de Toronto, desde que ascendió al equipo grande de los patirrojos.
En 6.1 tramos, Rodríguez (3-1) toleró seis hits, le anotaron una carrera limpia, ponchó a cinco y regaló un boleto, mientras que Pino (0-2), en 5.1 innings, fue castigado con 11 hits, dio un boleto, no abanicó a ningún contrario y le anotaron seis carreras.
“En el último juego, yo no lancé muchas sliders. Esta vez traté de trabajarla un poco más y lograr lo que necesitaba, que era lanzar strikes, que me pegaran más rollings o que hicieran swing y no le pegasen”, dijo Rodríguez después del juego.
Contra Toronto, la gran cantidad de derechos en el lineup le hizo apelar más a la recta y al cambio de velocidad y por ello fue más predecible en su plan de envíos.
“Estaba tratando de controlar mi cuerpo y mis emociones en el juego, así que por eso creo que lo hice mucho mejor en esta apertura”, agregó quien recibió además elogios de su mánager, John Farrell, en declaraciones publicadas por el periodista Michael Silverman, del diario Boston Herald.
“Fue una apertura de despertar para él, sin duda. Tuvo tres envíos de calidad esta noche (el viernes) para lograr strikes, pero lo más importante fue la ubicación de su recta, impresionante siempre mientras estuvo en la lomita”, indicó Farrell.
“Hicimos cinco carreras y él lanzó como si el juego estuviese cero a cero. Eso es fluidez y concentración. Es una ejecución de calidad y una vez más reaccionó de un mal juego hace algunos días con una presentación sólida”, aseveró el piloto.
La clave estuvo en olvidar los nueve hits y ocho carreras que toleró contra los Azulejos, una salida que a cualquier pitcher de su edad habría podido significarle una pérdida de confianza o actitud de cara a los siguientes compromisos.
Fue bateado con fuerza esa vez en Fenway Park, pero en un juego diurno y en características muy diferentes.
“Después de revisar ese juego, él (Rodríguez) fue capaz de mantener las cosas en la perspectiva propicia, porque sabe que se encontró con un equipo que andaba caliente con el bate”, explicó Farrell.
“No vimos ningún cambio en su actitud o en su ética de trabajo. Su sesión de bullpen fue tan consistente como siempre, así que por eso tuvo esta revancha”.
