Drama de La Pastoreña

La situación de violencia desenfrenada y de aguerridos enfrentamientos entre grupos hostiles que sacude la comunidad de La Pastoreña, vecina a Santa Rosa, reproduce en todos sus costados, el espantoso drama de crisis colectiva, que estremece sin término ni control el país nacional.
Además de la trágica muerte de dos apreciados ciudadanos de poblado y existencia de varios heridos, balance doloroso de esta desafortunada trifulca, queda palpitando un ambiente de caos y zozobra en la colectividad. Todo ese pesaroso trasfondo, que desató la ira y el incontenible encono, de unos y otros, ha desencadenado una irrupción de intranquilidad, que hace prever fatales consecuencias, por el estado de protesta y de airada pugnacidad de grupos irreductibles, que reina en la  otrora pacífica comunidad de La Pastoreña.
Como se estaciona una crisis colectiva, que da lugar a esta situación de alarma y desconcierto, que amerita un estudio de análisis y reflexión, que aporte fundamentos para un diagnóstico confiable, dentro del plazo más breve, a fin de que el resultado obtenido de la problemática, sirva para adoptar las medidas requeridas con premiosa urgencia.
En La Pastoreña, con los mismos matices y acentuados bocetos, se trasfiere en todos sus ámbitos, la situación de dominación, desintegración y desacato, que predomina en el país nacional, por inexistencia del Estado de Derecho y la violación de la Constitución y los Derechos Humanos de un régimen dictatorial y arbitrario, que no se rige, por el suave mandato de la ley, sino en función de sus intereses de grupo y arraigados vicios hegemónicos.
No actúa la noble y equitativa instancia del juez, ni el fiscal acata la vindicta publica, por estar más atentos y temerosos de los dictados del poder. Jueces de mentalidad de esbirros y de sentencias aborto de la Justicia, no pueden ser garantía para establecer el ordenamiento legal y afianzar la paz colectiva.
En tan soterrada situación no tuvo campo de acción el órgano legislativo regional, que a veces actúa en exceso y en asuntos que no son de su competencia. Se mantuvo arisco a la santa cólera del pueblo y prefirió continuar con mutis de prudencia, esperando, como espectador, conocer el margen derivado del enfrentamiento de grupos.
En el complejo conflicto social de La Pastoreña, figuran la invasión de viviendas y construcciones del sector privado, el enfrentamiento de grupos acérrimos, la violación al derecho de propiedad y la acción de sabuesos a la orden de las clases ineducadas que controlan el poder político.
Con buen tacto, la AN apeló a sus facultades y nombró una Comisión Especial, presidida por la diputada Isabel Lameda, para estudiar la embarazosa situación y presentar informe, en plazo de 30 días. De conocidos antecedentes democráticos y propulsora de la cultura regional, la diputada Lameda, piensa con el poeta del pueblo, Andrés Eloy Blanco, vivir, es desvivirse por lo justo y lo bello, que tiene arraigo en la perspectiva actual.
También integran la Comisión, el distinguido diputado Edgar Zambrano, incansable defensor de exiliados y detenidos políticos, quien ha realizado obra de renombre nacional, ensanchando la causa de la libertad y la puntual defensa de los Derechos Humanos. Prodigioso para la convivencia y capaz para la libertad. Honra y dignificación del gentilicio patrio.
Mientras Guillermo Palacio, el otro representante, se ha consagrado a hacer de Yacambú la bíblica samaritana que saciar la sed y de la lucha contra la corrupción, pedir que no se queden impunes los que hurtan los caudales públicos.
Una comisión a la medida de la capacidad y a la altura de la responsabilidad espera un informe que concilie pasiones y trace un ambiente, donde ninguno alcance demasiado y menos carezcan de todo.