En horas de la mañana de ayer continuaron acciones violentas por parte de jóvenes encapuchados en el liceo bolivariano El Cují, en el sector Rómulo Betancourt de la zona norte del municipio Iribarren, donde el personal del plantel fue arremetido con una lluvia de piedras y se vio obligado a resguardarse y contactar a los efectivos de la Policía del Estado Lara de la comandancia de Carorita.
El profesor Usbaldo Pereira, director del liceo, informó que a las 8:00 de la mañana el personal decidió acercarse a la institución para evaluar los daños de la tarde anterior, pero a pesar de haber declarado la suspensión de las actividades a consecuencia de esa agresión, fueron recibidos por quienes, se presume, conforman el mismo grupo de 20 jóvenes que lanzaron bombas molotov, piedras e incluso mostraron un arma de fuego aproximadamente a las 2:00 de la tarde del pasado jueves, con el fin de causar caos en el plantel.
“Prácticamente hemos perdido el año escolar, durante los meses de noviembre, cuando suspendimos las clases por 20 días, y diciembre del año pasado, así como en enero, febrero y el presente mes de abril, hemos vivido varios ataques por parte de jóvenes encapuchados, quienes presumimos podrían ser estudiantes del propio liceo”, indicó el director.
“Desafortunadamente ninguno de ellos se ha acercado a dialogar, y nadie se ha atribuido estas acciones violentas, por lo tanto no es posible asegurar que sean alumnos del plantel”, añadió.
Pereira manifestó la sospecha de una posible conexión política con estos hechos, refiriéndose a los episodios de violencia en los liceos Mario Briceño, Coto Paúl, Juan Bautista y otro plantel en Quíbor, este último ocurrido también durante la mañana de ayer, y el mayor número de estos conatos ante la cercanía de las elecciones del próximo 14 de abril. “Parece que ya quisieran tener vacaciones por esta fecha, aunque no estamos seguros de cuáles son sus demandas exactamente”, afirmó.
Asimismo, dio a conocer que durante el ataque del pasado jueves, una estudiante sufrió un ataque de asma, por lo que debió ser auxiliada y trasladada a un CDI, a la vez que una docente embarazada se cayó al intentar huir asustada por el foco de violencia. “También un profesor sufrió una crisis nerviosa y tuvo que ser atendido en el Ipasmé”, acotó Pereira, manifestando que exigen a las autoridades policiales y a la Guardia Nacional Bolivariana, presencia permanente, con puestos de seguridad en la zona, para retomar el control del plantel.
