Con una experiencia política acentuada por el ímpetu nacionalista, tras ocupar varios cargos de elección popular en la ciudad de La Laguna, provincia de Santa Cruz de Tenerife (España), la economista y diputada al Congreso español por el partido político Coalición Canaria (CC), Ana María Oramas, ha sabido ser persistente en su justa por conquistar espacios que le proporcionen oportunidades para alzar su voz en defensa de los intereses de quienes habitan dentro y fuera de las Islas Canarias.
Su intención política está sustentada en sus ideales por defender fuera de sus fronteras a Canarias, un archipiélago del Océano Atlántico, más cerca de África que de Europa; a dos horas de Madrid por vía aérea.
De visita a Venezuela, se encontró en las fértiles tierras de Quíbor con sus coterráneos, a propósito del tercer congreso de la Coalición Canaria realizado en la Hostería Valle de Quíbor, para elegir a la nueva junta directiva, cuya presidencia en la actualidad recae sobre Jesús Pérez, quien además representa al Hogar Canario Larense.
En la capital del municipio Jiménez, estado Lara, morada de cientos de canarios que llegaron hace años a estos predios productivos, Oramas se dirigió a sus compatriotas en el país, con quienes se comprometió a seguir trabajando por su bienestar. A pesar de la distancia, sienten a Canarias en cualquier parte del mundo y este elemento los hace diferentes, porque aun cuando están lejos de su tierra de origen, aman profundamente a este espacio insular, bañado por las aguas turquesas y exóticas del Atlántico, con costas que impulsan el turismo como una de las principales actividades comerciales en estas zonas de origen volcánico.
En la política desde los 21 años
Ese sentimiento natural de los canarios encaminó a Oramas a explorar la política a los 21 años de edad, como una alternativa para estar más cerca de su gente. Joven pero decidida, fue responsable de los tradicionales Carnavales de Santa Cruz de Tenerife, cuando ocupó el puesto de concejal. Luego, ocho años en el Parlamento regional fueron el empujón para dar paso a otros cargos que le permitieron estar al mando de la viceconsejería de Administración Pública en el Gobierno de Manuel Antonio Hermoso, presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias entre los años 1993 y 1999.
Pero su sentir nacionalista fue más allá de estar dentro de una dirección u oficina. Se convirtió durante 12 años en alcaldesa de La Laguna, donde fue visionaria al transformar la ciudad en un espacio para el encuentro y el placer.
Hoy día, tiene seis años en calidad de diputada nacional ante el Congreso en Madrid, donde sustituyó a Paulino Rivero cuando pasó a ocupar la presidencia del Gobierno de Canarias.
Gobernar con sentido humano
-De acuerdo a su experiencia, ¿qué tan importante y necesario es transitar por varios cargos políticos, antes de llegar a ocupar altos puestos dentro de la administración pública?
-Si pudiera cambiar las leyes, obligaría a cualquier persona que quiera ser presidente del Gobierno de España o Canarias, o diputado, a que estuviera unos años en la política local. La gran diferencia, yo que he pasado por todos los ámbitos de la administración pública, es que cuando estás en el Congreso y eres un político muy importante en Madrid, el desempleo es una estadística, el problema de la vivienda es un número. Sin embargo, cuando eres alcalde, la gente que no tiene trabajo, es un rostro con nombre y apellido. El inconveniente con las casas, por ejemplo, se traduce en una mujer con cinco chiquillos que no tiene dónde vivir. Y le das humanidad, porque la administración local es la más cerca al ciudadano, quien, cuando se queda solo y tiene hambre, va a la municipalidad.
-¿Las mujeres tienen una visión de la política diferente a la de los hombres?
-Es totalmente distinta. Recuerdo, de mi época de alcaldesa, una anécdota. Si iba a un barrio de La Laguna, y preguntaba cuál es la necesidad principal, dependía de: si el presidente de la asociación de vecinos era un hombre, te decía que el campo de fútbol o los estacionamientos. Si era una mujer, manifestaba que una guardería o un ancianato. Esa visión desde el punto de vista femenino es muy positiva sobre todo en épocas de dificultades, para estar más cerca de la gente. La política no es el poder por el poder, es una vocación pública para trabajar por los demás, especialmente, para los más débiles de la sociedad.
-¿Feminista?
-No. Yo he tenido la suerte que gracias al feminismo tenemos el voto, tenemos una ley en España que obliga a que el 60% de la Lista sean mujeres. Gracias a Dios, siempre he sido mujer pionera, fui la primera. Cuando fui diputada en el Parlamento de Canarias, hace 18 años, de 60 diputados, había dos mujeres. He sido una avanzadilla en ese sentido. Creo que es importante la igualdad y las oportunidades. En España las cosas han cambiado mucho.
-¿Qué cambios se realizaron durante su mandato en la alcaldía de La Laguna?
-La Laguna, con una población con 160 mil habitantes, tiene una universidad muy significativa. En época de cursos universitarios hay 20 mil estudiantes. Estamos hablando de 180 mil personas. Es la tercera ciudad más importante de Canarias. Me encontré con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que se estaba cayendo, estaba viejo, sin arreglar. Además existía una situación social muy importante en los barrios periféricos de la ciudad, con mucha pobreza, sin equipamientos deportivos ni sociales, sin parques ni jardines, con las infraestructuras destrozadas.
-¿Qué hicieron en ese entonces?
-Realizamos un plan de desarrollo en función de diez años. Primero en el ámbito social, buscando integrar los barrios, hacer una ciudad única, en la cual los ciudadanos vivieran donde vivieran, tuvieran las misma prestaciones, la misma seguridad, guardería e instalaciones deportivas, además de zonas verdes. Conseguí que me financiaran la Comunidad Europea, fondos del Gobierno español y de Canarias. En aquel momento comenzamos a trabajar, y en seis años, teníamos la urbe totalmente cambiada. Tuve la oportunidad de recibir a los reyes de España en mi municipio. La gente decía: pasamos de la miseria absoluta, de la marginalidad, a que los reyes vengan a inaugurar un centro cultural y deportivo. Esos lugares, ahora son el centro económico de la ciudad.
-¿Y ese logro fue producto de una oportuna planificación?
-Sí. En algunas ocasiones, los políticos sólo trabajan pensando en las elecciones. Por otro lado, pensando en el corto plazo. Uno tiene que planificar muy a futuro y volver al presente. Pero hay que hacer las obras, porque al final la gente se beneficia. Cuando trabajas en equipo, con honradez, sin corrupción, escuchando y pensado en las personas, los proyectos avanzan. A veces los políticos nos creemos que somos los que tenemos la razón.
Trabajé con todo el movimiento vecinal, con los partidos políticos y logramos acuerdos con la oposición para un proyecto de ciudad. Cuando se trabaja en función de tantos años, debe existir consenso político, porque si pierdes las elecciones y viene otro, se cambian las cosas. Se logró una ciudad para vivir todos.
-¿Son educadores los políticos? En su caso, ¿que ayudó a los ciudadanos a vivir más en armonía, en mejores condiciones y con otra visión de comunidad
-Los intereses de los ciudadanos siempre van por delante de los intereses políticos. Es bueno en cualquier país. He visto cómo se ha desarrollado Venezuela, lo veo ahora, con sus grandes dificultades, pero mucho mejor. Aquí la situación está mucho mejor que en España. Ha habido grandes avances sociales.
Deseo que este país siga adelante, porque forma parte del corazón de todos los canarios. Canarias le debe mucho a Venezuela.La gente vino a este lugar porque había hambre en Canarias, y con el dinero de este país hubo mucha ayuda. Incluso, el sector turístico se construyó con dinero venezolano. Quienes trabajaron aquí y enviaban el dinero para allá, ayudaron mucho. En ese sentido, los canarios nos sentimos muy unidos a esta nación.
“En Venezuela hay más de 90 mil canarios y el objetivo de Coalición Canaria no es gobernar España, sino que desde Madrid se hagan políticas de Estado”.
Cada semana, sentenció Oramas, en el Congreso de Diputados, le recuerdo al presidente Mariano Rajoy que existe Canarias, y que no pueden castigarnos por ser de un color distinto. Rajoy engañó a los españoles, porque dijo que tenía la solución para la crisis y que no bajaría los impuestos e iba a crear un millón de puestos de trabajo. Al final, hizo lo contrario. Quitó los planes de empleo, las ayudas para el transporte de mercancía y del sector agrario”.
