Dictamen – Lo que el «Gobierno de calle» se llevó

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Finalmente le tocó al estado Lara vivir esa experiencia surrealista del “Gobierno de Calle” que habíamos visto por televisión en otras regiones. Ese acto de ilusionismo donde el mago saca del sombrero un conejo tras otro para distraer a una audiencia abatida por la inflación, la delincuencia, el desempleo y la escasez. Los conejos que salen están estropeados y avejentados porque son los mismos de años atrás. Y es que el set de magia fue una herencia del supremo.  Se trata de promesas ya incumplidas maquilladas de segunda oportunidad con un desesperado “ahora sí” que nadie cree. Este mago es mucho peor al anterior y se ven a distancia los hijos y el fondo oculto de una utilería maltratada. No es ni “gobierno” ni es “calle”, es una reunión bajo techo de enchufados con el puñal detrás escondido: Ta-tán.
Lo único que hizo el supuesto gobierno de calle en Barquisimeto  fue dejar en la calle a Amalia Sáez de una forma humillante para ella y su partido. Hasta el sol de hoy nadie conoce el método de escogencia de los candidatos del PSUV luego de que los caciques en Caracas decidieran eliminar las primarias convocadas antes de la muerte de Chávez. Amalia fue apartada del camino sin consultar a nadie, seguramente a cambio de un cambur nacional o internacional que la compense luego.  De nada le valió su pelea a muerte con Henri Falcón para complacer a los Reyes ni la amistad que tiene con la pareja presidencial.  Si te he visto no me acuerdo. Su elocuente silencio tuvo que ser llenado por Luis Jonás quien declaró en su nombre diciendo que la alcaldesa iba a trabajar por el candidato que escoja el partido. “Si Luis”. Ahora se barajan las opciones de una burócrata paracaidista, un mudo perdedor, el hijo de papá y hasta un improvisado farandulero por quien no votaría ni su “familia”. Sólo hay incertidumbre en las filas rojas. Lo único claro es que la gestión de Amalia es tan mala que ni su partido la defiende y que la estructura del PSUV en Lara responde a los intereses de Diosdado Cabello. Mientras tanto un fortalecido Alfredo Ramos sigue imperturbable en las comunidades haciendo el trabajo para propinarle a quien pongan la cuarta derrota consecutiva en el municipio.
Pero lo más relevante del paso de “Atila” por estas tierras fue el robo descarado que le hizo al pueblo de Lara del monumento de La Flor donada a la gobernación y construida en terreno y con dinero de los larenses. Maduro hizo el anuncio de la confiscación alegando que “ese parque del oeste estaba abandonado”. No sabe ni donde está parado el pobre, o lo traicionó el subconsciente ya que sí existe un “Parque del Oeste” que ciertamente está abandonado por la alcaldía de Iribarren. Pero la Flor de Venezuela está al este de la ciudad y se encuentra operativa como un dinámico punto de encuentro cultural desde que fue inaugurada por Henri Falcón en compañía del propio Fruto Vivas quien reconoció el logro del Gobernador.  Si Fruto quiere potenciar su obra, puede perfectamente hablar con el dueño legítimo, la Gobernación de Lara, y trabajar en conjunto. Pero más rentable debe ser alinearse con los enchufados que sí pueden repartir contratos.  Un Gobierno Central que no ha podido terminar las Torres del Sisal, Transbarca o el Ferrocarril, y que tiene abandonado El Valle del Turbio; quiere ahora robarnos una obra construida con trabajo y dinero de los larenses que sí se terminó a tiempo y funciona permanente para beneficio de la colectividad.  ¿Hasta cuándo?

El otro tema es Transbarca, esa obra de transporte masivo que le fue arrebatada a la municipalidad por el Gobierno Central en 2008 y cuya culminación fue prometida por el propio Chávez en 2009, 2010, 2011 y en 2012 cuando sacaron a pasear un Trolebús por la avenida veinte para engañar de nuevo al pueblo con fines electoreros. Esta vez Maduro no solo promete otra vez la culminación de la obra para septiembre de este año (en el marco de otra elección por supuesto) sino que además anuncia una investigación contra Falcón quien ejecutó la primera etapa hace más de cinco años. Pero la verdad es que mientras Falcón ejecutó 50 millones de dólares en obras que están a la vista de todos, el Gobierno Nacional ha administrado 500 millones de dólares que no se sabe donde están. ¿Cinco años y 500 millones de dólares después, la culpa sigue siendo de Falcón? Hasta ahora nadie del Gobierno Nacional le ha dado la cara a los barquisimetanos para decirnos por qué no se ha culminado la obra como lo prometió tantas veces el difunto presidente.
La voracidad centralista solo ha dejado en Lara corrupción, desolación y exclusión. Si así fue con Chávez, con estos enchufados mafiosos será aún peor. Barquisimeto y Lara se respetan. Llegó la hora de pasar factura y rescatar la autonomía y dignidad de nuestras localidades para que junto a la Gobernación trabajen por el pueblo todo y no por el beneficio interesado de un partido y sus enchufados nacionales. La Flor es de los larenses y Transbarca es de los barquisimetanos. Con Amalia sí pueden hacer lo que quieran.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted
Twitter: @chatoguedez

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