Día del Maestro en medio del conflicto laboral: Un apostolado que exige reconocimiento

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Andrés Bello, Simón Rodríguez, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arturo Uslar Pietri, Mario Briceño Iragorry, entre otros. Históricamente Venezuela ha sido cuna de grandes educadores, intelectuales que creyeron en la valorización de la educación para fomentar el progreso de un país. Mañana, 15 de enero, la nación conmemora el ejercicio de la profesión docente, cuyo oficio atraviesa por grandes retos en aras de lograr una educación justa y de calidad.

No existe profesional que no haya pasado por las manos de un docente y menos quien no recuerde una asignación instruida. Este apostolado asume la responsabilidad de la formación fuera del hogar, donde padre y madre depositan su confianza al profesional.

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La historia de esta fecha se remite al año 1932, durante el periplo de la dictadura gomecista, cuando el 15 de enero los educadores crearon la Sociedad de Maestros de Instrucción, asociación que nació en defensa de los derechos laborales de los maestros y por mejoras en el sistema educativo venezolano.

Posteriormente, el 13 de enero de 1945, el presidente Isaías Medina Angarita, decretó el Día Nacional del Maestro en reconocimiento a esta gesta reivindicativa y por los constantes escenarios de lucha que ha emprendido el magisterio en defensa de sus derechos.

Actualmente, el ejercicio de la profesión docente transcurre en una época difícil, diversos especialistas y maestros coinciden en que la educación del país debe ser valorada, en función de que el Estado vea la formación ciudadana como un punto estratégico para el crecimiento de la nación, donde los maestros cuenten con incentivos económicos y sociales acordes a su labor, con escuelas de estructuras dignas y con planes educativos actualizados con los estándares mundiales de calidad.

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Todos estos aspectos deben generar pleno desarrollo de las potencialidades del ciudadano, esas habilidades que permitan su desenvolvimiento en el plano profesional y que tanto necesita el país para su desarrollo integral.

Sin incentivos laborales

El ejercicio de la profesión ha disminuido su calidad, principalmente por el detrimento de las condiciones económicas del educador. Así lo considera Ramón Eladio Rengifo, presidente nacional del Colegio de Profesores, quien indicó que en algunos países de América un docente percibe una remuneración cercana a los 3.000 dólares, mientras que Venezuela el salario de un profesional alcanza los 150 dólares en promedio.

“En octubre del 2013, se firmó la VII Convención Colectiva, donde alcanzamos un aumento salarial fraccionado de 75% en un periodo de año y medio. Lamentablemente esa cifra quedó pulverizada ante la galopante inflación del país. En este 2015 nuestro panorama luce incierto, pues en la actual contratación no está estipulado un aumento de salario”.

A su consideración, estos problemas han interrumpido el crecimiento intelectual del docente, por no existir un estímulo de reconocimiento a su labor. En consecuencia el trabajador se aleja de la investigación y pierde interés en los nuevos avances académicos.

“Los promedios más bajos están ingresando a los pedagógicos del país. Muchachos que cuentan con 11 y 13 puntos de calificación. Esto pasa porque las mejores notas se van estudiar otras carreras con mayor proyección de vida.

En nuestras academias hemos visto cómo un aula que inicia un semestre con 45 alumnos culmina hasta con 15 jóvenes”.

Luchas del gremio

Al consultarle sobre las acciones sindicales del gremio, Rengifo respondió que concentran sus esfuerzos en el cumplimiento de las cláusulas de la Convención Colectiva, mejoras en el servicio del Ipasme y por un digno HCM.

Explicó, que el ministerio de Educación no ha cumplido con el 90% de las cláusulas de la citada contratación laboral que culmina en octubre de este año. Mañana se espera que ocho de las nueves federaciones signatarias al ministerio elaboren un oficio en función de plantear sus denuncias ante el Ministerio del Trabajo.

En el documento, expondrán la situación del Ipasme, institución que desde el año 2000 ha tenido 12 juntas interventoras, cuyas gestiones –según Rengifo- han estado destinadas al fracaso administrativo y operacional.

“Aproximadamente 19 de las 63 unidades médico odontológicas en el país no están en funcionamiento. Asimismo, el Estado ha disminuido la atención al educador, pues ahora utiliza estos espacios para la atención del ciudadano común. Aunado a eso, tenemos déficit de medicinas y equipos que no han sido actualizados.

En tal sentido, exigimos la contraloría de la actual directiva, puesto que el dinero que nosotros aportamos al Ipasme no se materializa en progreso”. Por último, presentarán su descontento con el beneficio del HCM, el cual cubre un monto de 50.000 bolívares, cifra que los educadores la califican como exigua ante los altos costos de los tratamientos en las clínicas privadas.

Baja calidad educativa

El profesor Tulio Ramírez, coordinador del programa Doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y presidente de la asociación civil Asamblea de Educación, opinó que los estándares de educación en el país están muy por debajo a los niveles reflejados en la región. Coincidió con su homólogo Rengifo al señalar que los bachilleres con promedios más bajos ingresan a los institutos pedagógicos.

“En los liceos tenemos alumnos con promedios muy mentirosos, que no reflejan las prácticas adquiridas y que tienen notas probatorias en asignaturas no vistas; aunado a esto, el docente está en la obligación de promover de curso a los estudiantes, quienes tienen la protección del Estado pese a no contar con habilidades.

En tal sentido nos cuestionamos: ¿Qué profesor va poner un empeño extra para enseñar? y ¿qué estudiante pondrá empeño para aprender?”.

“En la UCV, tenemos un curso preuniverstario llamado Samuel Robinson, donde se reclutan bachilleres de liceos aledaños a la academia.

Se forman en diferentes áreas del conocimiento y se les prepara para la prueba de Aptitud Académica. En este proceso nos hemos dado cuenta que han descendido las habilidades del alumno y es cada vez más difícil que logren superar las exigencias universitarias”. Según el especialista, la Consulta Nacional por la Calidad Educativa no generó respuestas precisas sobre las posibles soluciones de los problemas comunes del sector educación. A su juicio, los resultados cualitativos no generaron ningún aporte científico por carecer de valores cuantificables.

Déficit de especialistas en ciencias

En cuanto a la profesión docente, el especialista relató que una de las mayores preocupaciones del sector recae en el déficit de especialistas en las cátedras de ciencias como biología, química, física y matemática.

“Nos encontramos en un cuadro dramático por la falta del especialistas de ciencias en bachillerato, situación que es difícil que se solvente porque la profesión en Venezuela no es lo suficientemente atractiva para los jóvenes. Es un círculo vicioso porque nuestros alumnos salen de bachillerato con malas notas en ciencias y por tanto no se capacitarán en estas áreas cuando opten por un cupo en las instituciones universitarias”.

“Tenemos muchos docentes en educación integral y muy pocos especialistas; la tasa de graduación en ciencias es muy baja con respecto a la demanda de docentes en el país. El Gobierno ha intentado subsanar este problema con la micro Misión Simón Rodríguez, la cual no ha tenido la convocatoria esperada; así como también han llamado a profesionales no docentes en estos campos y a profesores jubilados, quienes se han negado a participar por los bajos beneficios socioeconómicos del ministerio”.

Docentes estadales no claudican en sus aspiraciones

Los docentes adscritos a la gobernación de Lara, han protagonizado intensas jornadas de protesta en los últimos tiempos. Sus aspiraciones se remiten principalmente a un salario digno y el reconocimiento de sus beneficios laborales.

Hace pocos días, el mandatario regional aprobó una igualación salarial del sector en base a lo que percibe un educador nacional. Sin embargo, tal medida fue rechazada por la coalición sindical de docentes regionales, debido a que con este mecanismo quedan subsumidas las primas estipuladas en la VI Convención Colectiva. Así lo explicó el profesor Manuel Galíndez, coordinador de la coalición sindical, quien aclaró que el magisterio demanda la homologación.

«Con la homologación nuestro sueldo base es equivalente al sueldo base de un docente nacional y de ahí para arriba están las primas por derechos adquiridos; mientras que con la igualación, nos mantienen el sueldo base e incorporan una prima única de igualación, lo cual es injusto”.

Educación en crisis

A modo de reflexión, la profesora Hilda Peña, representante del Sindicato Venezolano de Maestros del estado Lara (Sinvemal), expresó que el sistema educativo está “raspado” en sus tareas básicas, ya que no es un vehículo para el aprendizaje integral, no prepara adecuadamente a los jóvenes para la vida productiva ni ciudadana y tampoco para la prosecución de estudios superiores.

“Nuestra escuela es pobre y de mala calidad, posee un currículo atiborrado por un criterio enciclopédico que resulta poco útil y entorpece el aprendizaje integral. Su infraestructura es insuficiente y está en mal estado, no existe la dotación de material didáctico, las partidas que se estipulaban antes en el presupuesto para mantenimiento de las instituciones escolares ya no existen, lo que conlleva a que la infraestructura escolar se deteriore poco a poco. Sus docentes, son mal pagados y subvalorados”.

 

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