Desde mi cátedra – Un Gobierno corrupto y ni arranca

Este gobierno, desde que fue legitimado por Tibisay Lucena, hace un poco más de dos meses, no ha arrancado, en el entendido figurado según el Larousse, que no ha iniciado o no ha empezado a ejecutar un verdadero plan de acción ajustado a lo que verdaderamente el país requiere para salir de la crisis económica que nos acogota, aunque sabemos que en parte se debe a la intoxicación ideológica que les afecta y a la ineficacia institucional, producto del mismo ideal y posición política cuya naturaleza es ser expropiador, centralizador e improductivo.
El gobierno, si podemos llamarle así, es la continuación inconstitucional del período no iniciado por Hugo Chávez Frías, el cual el país entero sabe del desaguisado que dejó con las finanzas públicas, con la inflación, las devaluaciones ejecutadas y las que estaban en ciernes. De tal manera que sus sucesores, reciben semejante despelote, sin saber qué hacer para enrumbar una economía equilibrada, ya que el guión sigue siendo el mismo, en parte por la propia convicción del presidente encargado y sus seguidores, y la otra, el cumplimiento de la receta cubana, que le ha dado en la isla buenos resultados de dominio, al fortalecer el poder de quienes les están manteniendo en esta última década.
No puede ser, que ante la crisis económica que se respira y palpa, entendible por todos los sectores del conglomerado venezolano, lo único que se le ocurra a Maduro, y sus asesores, sea más “discursos de calle”, más desplantes y ofensas a los sectores opositores y productivos,- de discursos fue la gestión de gobierno del fallecido y miren lo que nos legó -, lo otro ha sido iniciar unos tours por varios países tratando de legitimarse y continuar demostrando la bondad y generosidad del gobierno bolivariano, y a la vez comprando los productos básicos que han dejado de producirse aquí.
En el laberinto en que se encuentra y el dilema que vive, no ha expresado Maduro, un plan serio, integrador que mueva la palanca productiva, cese el despilfarro y el gasto corriente que alimenta la esperanza de sus adeptos;; y no lo va a hacer porque en la circunstancia en que nos encontramos, solamente se limitan a ofrecer las divisas que moverían y alimentarían al sector empresarial y productivo tanto oficial como privado, pero el caso grave es que no las hay, son escasas para despertar y acelerar de nuevo el florecimiento económico y el abastecimiento del país. Estamos frente al discurso banal y mentiroso, al público de galería que congrega, en sus disertaciones nacionales, con la misma retórica, simple y melancólica, de ofensas y amenazas.
Es lo que hemos visto en estos días de ejercicio gubernativo, adornado ahora con un discurso anticorrupción, con lo cual está aceptando ante los ojos de los venezolanos, que la corrupción la ha heredado y tiene sus raíces en la gestión del difunto mandatario, y como es natural continúa campeando. Aquí hasta los sectores más populares, que uno cree que no conocen, están informados y saben que son los sectores del gobierno, los funcionarios y las mafias privadas en amancebamiento con el proceso revolucionario, quienes han caminado en estos largos años por los senderos corrompidos e ilícitos, algunos de ellos amasando  grandes riquezas.
En cada colectividad y región del país se conoce quienes son los enchufados en este festín de Baltasar; no es el ciudadano común a quien le compete la responsabilidad de controlar, ah… pero hace más de dos años  no tenemos Contralor General de la República. En definitiva, continuamos transitando el camino de convencimiento, como se vio el 14 de Abril, que con estos zánganos y esta barbarie el país no arranca. Resistamos y sigamos ganando espacio político, que “ese día llegará, llegará”, como dice la canción de Manuel Alejandro (compositor español).

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