Las colas nuevamente toman los comercios dedicados al expendio de alimentos y artículos de higiene personal. En el este, oeste, norte y sur de la ciudad, no transcurren más de 10 cuadras sin observar una gran concentración de ciudadanos a la espera por adquirir los productos de primera necesidad.
Al visitar algunos establecimientos, el equipo de EL IMPULSO pudo conocer que ahora escasean rubros tan elementales como la pasta y el arroz.
Uno de los platos más típicos del país, la pasta con caraotas, se alejó de la mesa de los ciudadanos comunes; hasta de los más pobres, quienes veían este alimento como una opción principal cuando faltaba la proteína animal en las neveras.
Además, no se consigue este rubro de origen italiano. El kilo de caraotas que se encuentra supera la barrera de los 1.000 bolívares.
En el caso del arroz, el descenso de su cultivo en 50% con respecto al año 2014, debido a la escasez de agroquímicos, fertilizantes y el daño de gran parte de la semilla, ha producido que en el octavo mes del año empiece a desaparecer los anaqueles.
“Infortunadamente nosotros producimos más malandros y armas que alimentos. Esta situación no se aguanta, de verdad que estamos sufriendo por elementos de primera necesidad. Es inconcebible que un país petrolero tenga la necesidad de pasar por este tipo de vicisitudes”, confesó un docente universitario en Ingeniería en Informática, quien no comunicó su nombre por temor a represalias.
“La pasta y el arroz forman parte de los almuerzos diarios del venezolano común. De verdad que la situación es preocupante ya que la alimentación del ser humano es imprescindible”, agregó el profesional consultado.
Otras personas aplicaron tácticas preventivas y compraron estos productos antes de su reducción en el mercado.
“Desde hace dos semanas tomé previsiones y compré varios paqueticos de arroz que conservo en mi casa. Así es como tenemos que vivir en una situación de crisis, es triste que la viveza ciudadana forme parte de nuestros días”, indicó Sonia Alvarado.
“Tenemos riquezas petroleras, destinos turísticos para explotar y gente que siempre quiera echar para adelante.
De verdad que las políticas económicas del Gobierno han cercenado esas visiones de progreso que tienen los ciudadanos”, agregó.
Sin embargo, otras personas cuestionan la actitud de Alvarado, incluso la comparan con la práctica del bachaqueo, como Jesús Alfonzo, quien indica que las compras nerviosas y la reventa de productos están haciendo mella en los rubros de primera necesidad.
“Es triste que muchas personas piensen de manera individual antes de pensar en el colectivo. Todos estamos sobreviviendo en esta crisis pero creo que es momento de la cordura y la paz”.
La mayoría de las personas consultadas, expresaron su preocupación por el alto costo de la proteína animal (carnes) y vegetal (granos), puesto que la segunda era la sustituta de la primera por sus alto costos.